SOCIEDAD › POLICíAS Y VECINOS HERIDOS DE BALA EN UN ENFRENTAMIENTO FRENTE A LA MUNICIPALIDAD DE LANúS

Otra batalla por un reclamo de tierra

Los manifestantes reclamaban contra el desalojo de un terreno. Hubo represión y un ataque violento a la Municipalidad.

Es la tercera vez que los habitantes del asentamiento ubicado sobre unos terrenos destinados a una planta de tratamiento de efluentes, frente al Riachuelo, se acercan a la Municipalidad de Lanús. Saben que el terreno no es del municipio sino de la provincia de Buenos Aires, pero como aseguró ayer Marcelo Rodríguez, vocero del asentamiento, querían ver si podían encontrar una solución. “Mientras negociábamos con un oficial de la policía para que el corte en la avenida no afectara demasiado al tránsito, llegaron unos policías y dispararon sin mediar palabra”, dijo Rodríguez, disfónico. Lo que siguió fue una suerte de enfrentamiento: algunos manifestantes atacaron el edificio de la Municipalidad mientras que la policía se dedicó a reprimir con violencia. Como resultado, hubo ocho heridos por balas de plomo entre los manifestantes, según confirmaron fuentes del Hospital Evita, y seis entre los policías, según confirmó el intendente municipal Darío Díaz Pérez. El jefe comunal se mostró extrañado por el ataque al municipio. “Es raro, porque saben que el terreno no es de la Municipalidad”, dijo.

La reacción de los casi 200 manifestantes ante la represión policial fue arrojar piedras y otros objetos contra el edificio. Hubo vidrios destrozados y empleados que resultaron lastimados. El enfrentamiento empezó al mediodía y duró tres horas. Por la tarde, dentro del edificio podían verse ventanas rotas, y hasta había marcas de balas en el tercer piso, tal como confió un fotógrafo judicial a Página/12. Mientras todo esto ocurría afuera y en el ingreso al edificio municipal, en una oficina, un grupo de seis vecinos que integran la mesa de trabajo intentaba negociar con funcionarios de la intendencia.

“La segunda vez que vinimos, conseguimos ayuda social: agua, leche, azúcar y yerba. Pero necesitamos soluciones definitivas. Por eso fuimos. Nosotros pactamos un desalojo pacífico con la Gendarmería, nos quedamos dentro del predio pero sobre un sector contaminado con cromo y ácido. Un basural. Pactamos que si en un mes no hay soluciones vamos a volver a tomar todo el predio”, contó Willy, una de las seis personas que integran la mesa de trabajo. El grupo había manifestado durante la semana con un corte sobre la avenida Hipólito Yrigoyen.

“Somos los únicos que ayudamos a la gente. Hace poco conseguimos un lugar en el predio para una señora con 6 chicos que vivían dentro de un auto, les dimos de comer y un rancho. ¿Qué hizo la Municipalidad por ellos? Nada”, agregó el representante del asentamiento.

La reunión con las autoridades pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes. Los manifestantes que quedaban fueron trasladados hasta el predio que ocupan desde hace tres meses, en los terrenos pertenecientes a la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) por cuatro micros fletados por la propia intendencia. “Hay algo raro en esto de que hayan venido a reclamar acá, porque la Municipalidad no es propietaria de ese predio ni tiene jurisdicción”, se atajó ayer el intendente de Lanús, el kirchnerista Darío Díaz Pérez. “No entendí nada cuando (los manifestantes) entraron acá a romper todo. Este tipo de movimiento no tiene lógica porque se estaba discutiendo”, reconoció después e informó que también había empleados municipales heridos.

Las dos garitas de vigilancia del edificio quedaron destrozadas. Sobre el parque abundaban los cartuchos de perdigones de goma. En la avenida Hipólito Yrigoyen donde se hizo el corte, frente a la sede municipal, también había vainas. “Los de color verde tiene un alcance de 12 metros, los blancos de 7 metros y los cartuchos azules son como cohetes, solo hacen ruido”, explicó a este diario uno de los guardias de Infantería apostados sobre la entrada. Detrás, funcionarios judiciales y policiales labraban actas sobre lo sucedido.

“Cuando llegamos esto ya estaba listo”, dijo otro de los uniformados, y confirmó que hubo disparos de pistolas 9 milímetros porque encontró algunas vainas. “Ojo, que ahora cualquiera tiene una 9, no es como antes que solo las tenía la policía”, agregó. Por ahora, 250 familias permanecen en guardia dentro del predio que fue desalojado parcialmente por orden del juez de Quilmes, Luis Armella.

En el Hospital Evita, de Lanús, tres heridos de balas pernoctaron luego de someterse a una intervención quirúrgica. Dos de ellos recibieron el disparo en el abdomen y otro en el tórax. “Están todos bien, ya pueden hablar”, advirtió a este diario un médico de guardia. En el cuarto piso, copado por policías de la comisaría 1ª de Lanús (algunos de uniforme y otros de civil), uno de los heridos estaba recibiendo una transfusión de sangre. Se llama Víctor Manuel, tiene 21 años y trabaja de albañil.

“La ambulancia tardó más 45 minutos”, comentó su novia. “Yo pensé que me iba”, completó él. “Hace tres meses que estamos, tenemos una casilla muy linda hecha con tablones y la verdad es que la necesitamos. Tenemos tres chicos”, dijo el joven. De repente el cuarto se llenó de policías. “¿Están acá por algo en particular? ¿Se lo van a llevar detenido cuando se recupere?”, preguntó Página/12. “No sé”, dijo uno, el único que lucía uniforme. “¿Y por qué están?”, insistió el cronista. “Estamos de guardia”, contestó uno de los policías, que usaba una remera de la CIA, el departamento de inteligencia norteamericano.

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Una de las municiones de plomo que se arrojaron durante el enfrentamiento.
Imagen: Dyn
 
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