SOCIEDAD › INFORME DEL DEPARTAMENTO DE MIGRACIONES DE URUGUAY EN EL CASO DALMASSO

Escaso aporte a una coartada

Confirman que el viudo Marcelo Macarrón estuvo en Punta del Este el día del crimen, pero no hay datos sobre su ingreso o egreso del país ni de las comunicaciones telefónicas que mantuvo. Aún esperan los cotejos de ADN que se hacen en Estados Unidos.

Un informe enviado por el departamento Migraciones de Uruguay brindó precarios detalles sobre el viaje que Marcelo Macarrón –el esposo de Nora Dalmasso, asesinada en noviembre de 2006– realizó a ese país cuando ocurrió el crimen de su mujer, en un country de la ciudad cordobesa de Río Cuarto. El informe, que había sido requerido por el fiscal de instrucción Javier Di Santo, se limita a confirmar la coartada del viudo: que entre el 23 y 26 de ese mes participó de un torneo de golf que se realizó en Punta del Este. Pero no aporta detalles sobre las fechas de ingreso y egreso a Uruguay de Macarrón ni de las comunicaciones telefónicas que mantuvo desde ese país.

El fiscal admitió ayer que el “escueto” informe “no aporta nada nuevo a la causa”, ya que no permite obtener datos sobre un eventual viaje del viudo a Río Cuarto el día que se cometió el crimen. A esto se suma que las empresas telefónicas consultadas por Di Santo tampoco le aportaron detalles sobre llamadas realizadas desde Punta del Este durante el torneo. Según consta en la causa, Migraciones de Argentina sólo confirmó la salida del país de Macarrón, pero no pudo determinar la fecha de regreso del viudo y su compañero de viaje, el hermano de Rafael Magnasco, el abogado que inicialmente fue imputado en grado de sospecha y luego fue sobreseído. Lo que sí se sabe es que Macarrón ganó ese torneo, por lo cual se supone que debió haber estado los cuatro días en la ciudad uruguaya. Ante esa evidencia, cobrarían relevancia las llamadas telefónicas, ya que los investigadores no descartaron la hipótesis de un crimen por encargo.

Nora Dalmasso (51) fue estrangulada el 26 de noviembre de 2006 en la casa que habitaba con su familia en barrio Villa Golf de Río Cuarto, 220 kilómetros al sur de la capital cordobesa.

La investigación de este crimen, que tuvo repercusión nacional, está prácticamente paralizada, ya que una de las diligencias a la que se le asigna trascendental importancia –los análisis de ADN– todavía no han sido enviados desde Estados Unidos. El Centro de Ciencias Forense de la Universidad Central de Florida, EE.UU., debe cotejar con los ADN hallados por el FBI las muestras de sangre de los Macarrón (Marcelo; su padre Félix y su hijo Facundo), del pintor Gastón Zárate, el primer detenido por el caso, y 24 posibles contaminadores de la escena del crimen.

Hasta el momento y con disímiles hipótesis, en esta causa continúan imputados el hijo del matrimonio Macarrón, Facundo, y Zárate, el pintor que luego de ser detenido como sospechoso del crimen fue liberado a las pocas horas tras una movilización popular que lo bautizó como “perejil”.

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El fiscal aún espera las pericias sobre las muestras de ADN, que pueden ser definitorias.
 
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