SOCIEDAD › UN ALTO JEFE DE LA BONAERENSE RESPONSABILIZó A LA SUCURSAL DEL BANCO FRANCéS POR EL ROBO EN SAN MIGUEL

Cajas de seguridad con llave en mano(s)

Nadie duda de que el robo al Banco Francés de San Miguel tuvo entregador. Pero un jefe de la Bonaerense dijo que el banco no puede dejar valores sin alarma y sin avisar a la policía. Un experto afirma que tendrían que haber enviado las cajas a otra sucursal.

Mientras los investigadores hurgaban en el lugar del crimen y los testigos declaraban, ayer el superintendente de Seguridad Norte de la Policía Bonaerense repartió culpas por el robo de las 25 cajas de seguridad de la sucursal de San Miguel del banco BBVA Francés ocurrida el fin de semana. “Falló la responsabilidad ciudadana del banco y de la empresa de seguridad que tenía a cargo la vigilancia del banco”, dijo el comisario Salvador Baratta. Luego recalcó: “No es normal que un banco que guarda dinero y joyas permanezca con las puertas abiertas, sin alarmas, sin circuito de televisión, y con un solo vigilador”. Fuentes cercanas al banco apuntaron que la seguridad estaba tercerizada y era responsabilidad de ella. “El banco tendría que haber hecho lo que hicieron los ladrones, sacar la caja del lugar pero legalmente”, señaló el experto en seguridad bancaria Luis Vicat.

Baratta calificó el robo como “muy inteligente” y lamentó el descuido por el que los ladrones, que entraron vestidos de obreros y estuvieron entre tres y cinco horas dentro, se hicieron de un botín que pesa casi cinco toneladas: el tesoro móvil de 25 cajas de seguridad grandes, de unos 80 centímetros de altura cada una. “Lo que más duele es que ahora hay que distraer un montón de medios, de personal y de tecnología en investigar a una banda por un hecho que podría haber sido evitable”, añadió el superintendente.

¿Cómo se podría haber evitado? Según Baratta, el error fue de las autoridades de la sucursal situada en Presidente Perón 1226, de San Miguel, que no tenía custodia policial porque nunca avisaron que iban a desconectar las alarmas y apagar las cámaras. “Por eso hablo de la irresponsabilidad del banco, esto se podría haber evitado muy fácil con dos policías en la puerta y con la identificación de todos los que entraban para trabajar”, aseguró Baratta. También dijo que durante el robo, ocurrido entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, hubo recorrida policial permanente, ya que es una zona muy transitada.

Página/12 consultó a los voceros del Banco Francés, quienes se limitaron a trasmitir la única información disponible: “No estamos dando declaraciones sobre el tema”. Sin embargo, circuló una versión que indicaba que desde el banco apuntaban a la empresa de seguridad privada a cargo, ya que éstos deberían haber avisado a la policía sobre los cambios en la rutina del local. Luis Vicat, experto en seguridad bancaria, opinó todo lo contrario. “La responsabilidad recae sobre el área de seguridad del banco, salvo que la agencia de seguridad haya sido contratada para asesorar además de enviar a los vigiladores”, señaló.

Para este especialista, lo que no hizo el banco es lo que terminaron haciendo ilegalmente los ladrones: trasladar las cajas de seguridad. “Lo que falló fue lo que se conoce como medidas propias del arte, es decir, las medidas lógicas cuando un lugar como una sede bancaria se declara como ‘no operativa’. Deberían haber trasladado las dos cajas de alquiler –los ladrones se llevaron una sola, la más liviana– hasta otra sucursal”, detalló Vicat. Para ello, explicó, bastaba con llamar a un escribano y colocar un precinto a los tesoros móviles (también llamados “tesorón”), antes de moverlos.

El banco se limitó a retirar el tesoro de dinero el viernes y dejó los tesorones en un cuarto cerrado, hecho de ladrillos huecos. “Hay un gran engaño en todo esto –advirtió el especialista al respecto–. La gente cree que las cajas de alquiler tienen las mismas condiciones de seguridad que el resto del banco, pero no es así. Las cajas de alquiler no están contempladas en la ley de seguridad bancaria. Pero el cliente confía en que el banco va a cuidar esas cajas como cuida su propio tesoro de dinero... y eso no es del todo cierto.”

Un detalle que llamó la atención de Vicat es que supo, por sus propios medios, que la noche del crimen dejaron de funcionar las cámaras de varios lugares adyacentes al banco. “Yo empezaría por averiguar qué empresa provee de circuito cerrado a esa zona y si, en principio, es la misma empresa. No veo forma de avanzar si no se tienen imágenes de los dos camiones usados por los ladrones y el remolque”, dijo el especialista. Nadie duda de que hubo “un entregador”, por lo que los investigadores estarían revisando llamadas, mensajes y mails que hayan partido de alguien que conocía la frágil y hasta tentadora situación –según de donde se mire– en la que se encontraba la sucursal. Para Vicat el dato de las alarmas, por ejemplo, pudo diseminarse más fácil de lo que se piensa, hasta por los mismos clientes del banco. “Habría que apuntar a los que sabían que las cosas se iban a hacer mal, a los que sabían que las cajas de alquiler seguían ahí.”

La noche del sábado, luego de entrar por una persiana trasera, usada para sacar la mampostería y depositarla en un volquete, los ocho ladrones actuaron con mucha tranquilidad. Encerraron a los 10 empleados y al guardia, que no llegó a tocar el botón antipánico, y se dedicaron a romper la pared del cuarto donde se encontraba el tesorón, al cual debieron cargar en un carrito de los que transportan mercaderías y luego subido por la grúa que llevaron a uno de los camiones.

“Yo creo que los vecinos no alertaron al 911 porque era normal el movimiento de gente entrando y saliendo y ruidos de obra”, especuló el comisario Baratta. Es más, admitió, que la patrulla “recorrió la zona como lo hacía habitualmente, pasó por delante del banco, y no encontró ninguna anomalía, pues el movimiento era el normal de los últimos días, ya que las refacciones eran también de noche”.

El sumario fue entregado a la fiscalía 18 del partido de Malvinas Argentinas ayer, mientras personal de esta fiscalía se reunía con el jefe de la seccional primera de San Miguel. También hubo ronda de declaraciones testimoniales. Anoche fuentes judiciales aclararon que “por el momento no hay elementos para establecer una hipótesis completa”.

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“Esto se podría haber evitado muy fácil con dos policías en la puerta”, dijo el jefe policial Salvador Baratta.
Imagen: Télam
 
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