SOCIEDAD › LAS MEDIDAS HIGIéNICAS CONTRA LA GRIPE A DESCENDIERON NIVELES DE OTRAS ENFERMEDADES

Las mani pulite de la influenza A

Según estimaciones del Ministerio de Salud nacional, bonaerense y la Sociedad de Infectología, el lavado de manos y el cubrirse la boca al toser o estornudar combaten la gripe A y permiten reducir otras enfermedades respiratorias e intrahospitalarias.

 Por Pedro Lipcovich

Las medidas higiénicas que la población tomó para prevenirse de la gripe A –como el lavado de manos y las precauciones al toser o estornudar– habrían causado también un descenso de otras enfermedades respiratorias, desde el resfrío hasta las bronquiolitis, y también una disminución de problemas intestinales e incluso meningitis, que se transmiten por vías parecidas. Así lo estiman funcionarios de Salud de la Nación y la provincia de Buenos Aires, así como el presidente de la Sociedad de Infectología Pediátrica. También habrían descendido las infecciones intrahospitalarias porque, ante la pandemia de gripe, los doctores tomaron más en serio precauciones como el lavado de manos, quizá “para protegerse a sí mismos”, admitió un destacado infectólogo del hospital Muñiz. La apuesta es que esos cuidados se incorporen a los hábitos cotidianos aunque no haya pandemias. Hay mucho que hacer en ese sentido porque, según una encuesta que la Organización Panamericana de la Salud efectuó sobre población adolescente, la Argentina se anota entre los países con menos costumbre de lavarse las manos.

Fernando Avellaneda, viceministro de Salud de la Nación, estimó que “las acciones para evitar la transmisión del virus de la gripe A (H1N1) han disminuido el contagio de otros virus respiratorios. La cantidad de notificaciones de cuadros respiratorios parece haber bajado con respecto a años anteriores, si bien hay que esperar el cierre del año para contar con datos consolidados. En todo caso, esta disminución se alinea con lo que suele suceder cuando se enfrentan epidemias de una enfermedad cuyos mecanismos de prevención también sirven para otras: así, hace unos años, gracias a las precauciones contra el cólera, disminuyeron otras enfermedades de transmisión oral-fecal, como las diarreas y la hepatitis A”.

Mario Masana Wilson, director de Epidemiología de la provincia de Buenos Aires, corroboró: “Se advierte una tendencia a la baja en la incidencia de enfermedades que se transmiten por las manos, como es el caso de las afecciones alimentarias: vemos menor cantidad de enfermedades diarreicas, y también nos llamó la atención el descenso de ciertas meningitis, que se transmiten del mismo modo o pueden contagiarse por la vía aérea”.

Eduardo López –jefe del departamento de medicina del Hospital Ricardo Gutiérrez y presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica– contó que, en su hospital, “han disminuido las consultas por el virus sincicial respiratorio, que es la causa más frecuente de bronquiolitis. En general, hay menos cuadros respiratorios provocados por parainfluenza y adenovirus, como problemas bronquiales y laringitis. En cuanto a los resfríos, no están contabilizados, pero es razonable que la tendencia sea la misma”.

Jorge San Juan –jefe de terapia intensiva del hospital Muñiz y miembro de la Comisión de Expertos que asesoró al Ministerio de Salud sobre la pandemia de gripe A– señaló por su parte “datos que indican un descenso en las infecciones intrahospitalarias, en pacientes internados en distintas instituciones. Esto puede vincularse con que el personal de salud, en relación con la atención de pacientes con diagnóstico presuntivo de gripe A, tomó precauciones como el uso de guantes y especialmente el lavado de manos. Tal vez esta mayor preocupación por el lavado de manos haya estado en relación con el temor de contagiarse el profesional mismo, por lo cual no es seguro que continúe más allá de la epidemia. En todo el mundo se insiste con el lavado de manos en el personal de salud, pero no es fácil lograrlo” (Página/12 trató este tema el 24 de noviembre de 2008, con relación a las infecciones intrahospitalarias).

Para la población general, conviene que el lavado de manos frecuente sea con agua y jabón: “El alcohol en gel se refiere especialmente a las enfermedades virales, no hay consenso en que sea eficaz contra las bacterias”, observa Masana Wilson.

Otro hábito recomendado es “no taparse con la mano al toser o al estornudar: lo más adecuado es utilizar un pañuelo o, en todo caso, la parte interna del codo –puntualiza Avellaneda–. Esta precaución, para no contaminar las manos con virus, es muy importante aunque no haya epidemias”.

Otra conducta que recomiendan preservar es “no ir a trabajar si uno tiene algún cuadro respiratorio ni enviar los chicos a la escuela en tales condiciones –destaca López–. Antes de la epidemia, era habitual mandar a un chico a la guardería aunque tuviera tos o moco, y eso disemina infecciones”.

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El lavado de manos también permitió el descenso en enfermedades de transmisión, como las diarreas.
Imagen: AFP
 
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