SOCIEDAD › OPINIóN

¿Propaganda o realidad?

 Por Jorge Selser *

En 2009 la mortalidad infantil subió de 7,3 a 8,3 respecto de 2008. El miércoles, el ministro de Salud de la Ciudad, Jorge Lemus, informó la reducción de la mortalidad infantil en más de un punto (desde 8,3 en 2009 a 6,7 en 2010). La confirmación de la reducción en 2010 significará 64 niños muertos menos entre 0 y 1 año. Una gran noticia, si el ministro se hubiera preocupado en transmitirla con credibilidad.

Es la primera vez que a dos meses de iniciado el año se difunde este dato del año anterior. La oportunidad de esta información, que otros años se ha demorado más de un año, es a todas luces muy deseable que se repita todos los años y revela que “se puede” cuando está la voluntad política que faltó en años no electorales.

Pero en el estado actual de los sistemas de información, se trata de una información apresurada e incompleta.

Apresurada porque falta que el dato sea convalidado por la Dirección de Estadística e Información de Salud del Ministerio de Salud de la Nación, que depura los casos por lugar de residencia de la madre. O sea: falta saber cuántos niños de Capital murieron en una provincia y fundamentalmente la más cercana, la provincia de Buenos Aires.

E incompleta, porque el dato que aporta el ministro Jorge Lemus es general, para toda la Capital, sin distinción por barrios ni comunas. El mismo ministro reconoce que al sur de la Avenida Rivadavia (villas Riachuelo, Lugano y Soldati, Nueva Pompeya, La Boca, Barracas y Parque Patricios) hay un 35 por ciento más de mortalidad infantil que el resto de la ciudad. De manera que la tasa general de la ciudad puede bajar, mientras, al mismo tiempo aumenta la brecha entre sus zonas, con una inequidad social cada vez más inaceptable y conflictiva.

Aun de producirse la reducción estaremos frente a una deuda impaga: la mortalidad infantil en Capital Federal es más del doble que la de países desarrollados (Suecia, Japón, Francia, Islandia) y el 50 por ciento más alta que la de toda Cuba, pese a tener mucho mayor presupuesto e infraestructura y una relación entre personal de salud/población considerablemente más alta que la del país caribeño. Lo que revela inaceptables deficiencias en la gestión de salud de la ciudad más rica del país.

Estamos en un año electoral. Y seguramente el dato es favorable para las expectativas de reelección de la actual gestión. Falta saber si la urgencia electoralista influye en el señor ministro para que se guíe por una ambición propagandística en desmedro de la seriedad científica. Estamos a la espera de esa seriedad.

* Diputado de la CABA (Proyecto Sur). Presidente de la Comisión de la Salud.

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