SOCIEDAD › LA IMPULSORA DEL RECURSO

Con misión de provocar

 Por Mariana Carbajal

La abogada Gabriela Quadri, una de las impulsoras de la medida cautelar para frenar la aplicación del protocolo de aborto no punible en la provincia de Santa Fe, es una conocida militante católica contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y provocadora profesional. En las últimas elecciones legislativas de Santa Fe, fue candidata a senadora provincial por el Partido Demócrata Cristiano. Hace dos años quiso generar un escándalo y empañar el seminario internacional “Legalización del aborto: Una deuda de la democracia”, que se realizó en el salón auditorio del Senado de la Nación, en el que participaron legisladores de distintos bloques y reconocidos juristas.

La actividad se llevó a cabo el 30 de septiembre de 2010, organizada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Quadri se mezcló entre las asistentes, todas ellas militantes por la despenalización del aborto, que se identificaban con sus pañuelos verdes. En el primer panel, que moderó quien suscribe estas líneas, participaron las diputadas Laura Alonso, del PRO; Miguel Barrios, del socialismo; Adela Segarra, del Frente para la Victoria; María Luisa Storani, de la UCR, y Cecilia Merchán, de Libres del Sur, además de la delegada del País Vasco en el Cono Sur, Elvira Cortajarena.

Al finalizar las exposiciones, fue el turno de las preguntas y Quadri pidió la palabra, tomó el micrófono y empezó a hacer comentarios provocadores dirigidos a las organizadoras en lugar de formular preguntas a los panelistas. Por ejemplo, indagó por qué no había fotos de fetos muertos en las paredes del salón, junto con los carteles que reclamaban la despenalización. Y luego, en un claro acto intimidatorio, empezó a filmar a los presentes. Una de las asistentes, docente y consejera de la Universidad Nacional de Comahue, intentó bloquearle la visión, y la máquina cayó al suelo.

A partir de ese episodio, la abogada rosarina acusó a la docente de intento de robo. Quadri se retiró ofuscada del salón, con su máquina fotográfica. Pero a la noche regresó con un patrullero de la comisaría 6ta de la Policía Federal, con el subcomisario Sergio Grilli al frente, para identificar y detener a la mujer que, según ella, se la había sacado de las manos. La acompañaban militantes antiderechos que gritaban “asesinas” y “genocidas” a las participantes del seminario que se retiraban por la puerta de la calle Hipólito Yrigoyen 1708. Hubo corridas. Intercedieron abogadas de derechos humanos que participaban de la actividad, y la joven no fue detenida. Pero el episodio no terminó ahí. Quadri siguió adelante con la denuncia por intento de robo y se ocupó de difundir que había sido agredida en el seminario, al punto de que consiguió una declaración en su apoyo del Colegio de Abogados de Rosario.

La abogada defensora de la profesora acusada fue Nina Brugo, presidenta de la Comisión de la Mujer de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, de larga trayectoria en defensa de los derechos de las mujeres. “En la causa judicial se demostró fehacientemente el invento realizado por la abogada Quadri. La acción penal terminó con un sobreseimiento”, recordó ayer Brugo a este diario. Pero Quadri había logrado hacer mucho ruido y colocarse en el lugar de víctima de supuestas agresiones de activistas por el derecho al aborto, que nunca existieron.

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