SOCIEDAD › GUILLERMO BáRTOLI, CONDENADO POR ENCUBRIMIENTO

Murió un cuñado de María Marta

 Por Raúl Kollmann

Tras una larga enfermedad, ayer falleció Guillermo Bártoli, cuñado de María Marta García Belsunce, asesinada en 2002 en el country El Carmel. Bártoli, condenado por encubrimiento en el juicio oral, defendió su inocencia hasta el final de su vida: siempre sostuvo que ni el viudo Carlos Carrascosa ni ningún miembro de la familia tuvieron relación alguna con el crimen de María Marta. La familia en pleno, incluyendo a los padres de MM, defendió a Carrascosa e invariablemente afirmaron en todos estos años que un vecino, junto con integrantes de la seguridad del country, entraron a robar a la casa de Carrascosa y su esposa, ella llegó de manera imprevista y, como los conocía, la mataron.

Carrascosa está en el penal de Campana esperando una decisión de la Corte Suprema de Justicia, por cuanto su situación es similar a la que le permitió salir en libertad a los músicos de Callejeros: el viudo fue absuelto en el juicio oral por el crimen de MM –por unanimidad–, se lo condenó únicamente por encubrimiento –en fallo dividido–, y luego la Cámara de Casación bonaerense no ordenó ni que se hiciera un nuevo juicio ni que se dictara una nueva sentencia, sino que directamente condenó a Carrascosa a prisión perpetua. Fue algo casi

inédito porque los integrantes de la Casación no estuvieron en el juicio, no vieron a los testigos ni peritos cara a cara, y no obstante dictaron una condena de semejante envergadura.

La investigación encabezada por el fiscal Diego Molina Pico nunca encontró un móvil del crimen, ya que ni un solo testigo afirmó que hubiera discrepancias o discusiones entre Carrascosa y MM. Tampoco nadie lo vio nunca con un arma. Sin embargo, el fiscal tejió una trama sobre horarios para inculpar al viudo y tanto a la hermana de MM, Irene Hurtig, como a Bártoli, en la trama del homicidio. Molina Pico se basó en que Carrascosa dijo de entrada que MM murió como producto de un golpe en la bañadera y que los balazos no se veían. Ni los integrantes de las dos ambulancias que llegaron al Carmel ni el propio fiscal, ni el jefe policial Aníbal Degastaldi, que vieron el cuerpo de MM, percibieron los balazos, pero el argumento central de Molina Pico es que la familia debió verlos.

Los García Belsunce esperan una resolución de la Casación y Carrascosa de la Corte Suprema. Para ellos, el crimen sigue impune.

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