SOCIEDAD › ROBLEDO PUCH PIDE LIBERTAD

El ángel encerrado

El defensor oficial de Carlos Eduardo Robledo Puch solicitó la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires para que se le dé por cumplida la pena y se libere a su representado, el máximo asesino serial de la historia argentina, quien lleva ya 43 años y medio en prisión. Hace tres meses, el mismo pedido fue denegado por el Tribunal de Casación bonaerense, que adujo que Robledo Puch “no reúne las condiciones para el reingreso al medio libre”. La defensa del Angel de la Muerte, que pasó más de dos tercios de su vida tras las rejas, solicitó la libertad por “agotamiento de pena” y consideró que la continuidad de su cliente en la cárcel podría provocarle “un tormento”, algo expresamente prohibido por la Constitución Nacional.

Carlos Eduardo Robledo Puch, otrora demonio de ojos azules, fue detenido en 1972 tras haber cometido una seguidilla de delitos resonantes. En 1980 fue condenado a reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado. En sus últimas palabras ante el Tribunal de San Isidro que lo sentenció, definió el juicio como “un circo romano” y advirtió: “Algún día voy a salir y los voy a matar a todos”. Preso desde los 20 (cumplió en enero 63 años), su abogado defensor Ignacio Juan Domingo Nolfi interpuso ante la Suprema Corte bonaerense un recurso extraordinario, para que se le conceda la libertad por “agotamiento de pena”.

La defensa de Robledo Puch entiende que los jueces que intervienen en su causa lo mantienen en un “limbo de indeterminación”, tras haber estado más de dos tercios de su vida en prisión, y que la pena puede llegar a constituir “un tormento”, algo prohibido por la Constitución. “La demora estatal en brindar una respuesta efectiva a la pretensión liberatoria de mi asistido implica un supuesto de gravedad institucional, que conllevará responsabilidad internacional del Estado nacional”, advierte Nolfi, quien sostiene que “del análisis circunstanciado de las distintas decisiones recaídas se advierte una pretensión innegable de mantener sine die (por tiempo indeterminado) a mi defendido aislado de la sociedad”.

El 22 de mayo último, el Tribunal de Casación Penal bonaerense rechazó un pedido de otorgamiento de libertad presentado por la defensa de Robledo Puch. En esa oportunidad, los camaristas Ricardo Borinsky y Víctor Violini evaluaron que el condenado “no tiene parientes ni contención fuera de la cárcel, por lo que no reúne las condiciones para el reingreso al medio libre a través de la libertad condicional”. El fallo se sustentó en el informe del Departamento Técnico Criminológico, que concluyó que Robledo Puch “carece de mentalidad reflexiva del accionar transgresor y reconoce tan sólo ser autor de los robos cometidos con el fin de ayudar a los más necesitados, no así el resto”.

El Angel de la Muerte estuvo detenido desde el 3 de febrero de 1972 hasta el 8 de julio de 1973, instancia en la que se fugó de la Unidad 9 de La Plata. No obstante, a los dos días fue recapturado. El 27 de noviembre de 1980, la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de San Isidro lo condenó a la pena de reclusión perpetua con la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, tras encontrarlo culpable en 11 homicidios agravados, uno en grado de tentativa, otros 17 robos, dos raptos, un número igual de hurto simple, dos violaciones agravadas, abuso deshonesto y daño. Desde entonces permanece detenido en el penal de Sierra Chica, a pocos kilómetros de la ciudad de Olavarría.

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