SOCIEDAD › CAMPAÑA DE AMNISTIA INTERNACIONAL CONTRA LOS ABUSOS A LAS MUJERES

Una violencia que ya es epidémica

La entidad lanzó en Londres una campaña mundial para frenar la violencia hacia las mujeres. Aquí se presentó en Córdoba.

 Por Marcelo Justo

Amnistía Internacional lanzó ayer en Londres una campaña mundial contra la violencia hacia las mujeres tanto “en el hogar como en el campo de batalla”. La organización de defensa de los derechos humanos denunció que hasta mil millones de mujeres –una de cada tres en todo el mundo– han sido golpeadas, violadas, asesinadas, abusadas o mutiladas por su condición de mujer. “Esto no es algo que pasa lejos de cada uno o que sólo le sucede a los demás. Está pasando enfrente de nuestras propias narices. Está sucediendo en nuestras casas y familias y hasta que todos, tanto hombres como mujeres, digamos no, seguirá ocurriendo”, señaló durante el lanzamiento de la campaña la secretaria general de la organización, Irene Khan.
Acompañada por la autora de Monólogos de la vagina, Eve Ensler, y por el actor británico Patrick Stewart (capitán Jean Luc Picard en Viaje a las estrellas), la secretaria general de Amnistía subrayó que la campaña “No más violencia contra las mujeres. Está en sus manos” presionará a los gobiernos de todo el mundo para que protejan legalmente a las mujeres y castiguen a los culpables de estos delitos.
“La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos. Los derechos humanos son más que un grupo de leyes y obligaciones. Encarnan una promesa para que todos tengamos acceso a los mismos derechos. La violencia contra las mujeres es la diferencia entre las promesas y la voluntad real de implementación de los gobiernos, autoridades locales, religiosas y comunitarias”, dijo Khan.
La organización señaló que la guerra era uno de los escenarios más comunes para la violencia hacia las mujeres. Según Amnistía, este tipo de violencia se ha vuelto “epidémica” y una de sus principales manifestaciones es la violación en masa. Las estadísticas al respecto son concluyentes. En la República Democrática del Congo se reportaron cinco mil violaciones desde octubre de 2002 en la conflictiva zona de Uvira. En Ruanda, entre 250 mil y 500 mil mujeres fueron violadas durante el genocidio de 1994.
El estigma asociado con la violación hace que el número de casos reportados sea marcadamente inferior a la realidad. Esto se da tanto en situaciones de guerra como de paz, con más intensidad en ciertas culturas tradicionales gobernadas por el código del honor, pero igualmente presente en sociedades avanzadas. En Estados Unidos, una mujer es violada cada 90 segundos. En Francia se denunciaron unas 25 mil violaciones el año pasado. Pero tanto las autoridades policiales de estos países como organizaciones feministas y de derechos humanos consideran que ésta es sólo la punta del iceberg. En Chile, el cálculo oficial es que sólo un 3 por ciento de las mujeres que fueron violados han efectuado la denuncia policial. “A puertas cerradas, las mujeres son sometidas a la violencia de sus parejas y familiares. La vergüenza y el temor hacen que muy pocas veces se efectúe la denuncia”, indicó Khan.
Amnistía señaló una variedad de causas para esta situación. “La causa subyacente básica de esta violencia es la discriminación que niega a la mujer igualdad respecto al hombre en todas las áreas de la vida. La discriminación es la raíz del problema y el mecanismo que sirve para reforzarlo”, indicó Khan. La globalización y la pobreza son factores contribuyentes a la violencia contra la mujer. “La pobreza afecta más a las mujeres que a los hombres: hay más mujeres que son pobres y sufren las limitaciones de un modo más marcado. Debido a esta circunstancia, las mujeres quedan expuestas a situaciones fracamente abusivas”, señaló Khan. La negligencia, incompetencia, corrupción o acción deliberada de gobiernos y autoridades religiosas o comunales son fundamentales para perpetuar esta situación. En muchos casos porque la legislación vigente en estos países es discriminatoria. Amnistía puntualizó que unos 54 países tienen leyes específicas contra las mujeres y 123 no dan ninguna protección legal contra el “acoso sexual”.
El factor cultural cumple un papel indudable. La ablación femenina o los asesinatos para salvar el honor familiar son casos claramente distintivos de la presencia de este factor. Según Amnistía, unos 135 millones de mujeres han sido sometidas a una ablación en el mundo entero. Otro ejemplo es la creencia en ciertas sociedades africanas de que la relación sexual con una mujer virgen curará a un hombre del sida.
En la campaña de lanzamiento, el actor Patrick Stewart añadió otro factor cultural: Hollywood. El actor lanzó un fuerte ataque contra el modo irresponsable en que la industria del cine retrataba la violencia contra la mujer. Según Stewart, Quentin Tarantino era uno de los principales responsables de este “embellecimiento” de la violencia. “La industria cinematográfica ha perpetuado los estereotipos de violencia contra la mujer. Condeno totalmente el sensacionalismo que se elige. Condeno totalmente a películas como Kill Bill, de Tarantino, que otorgan poder a las mujeres para matar otras mujeres”, dijo el actor.

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Del lanzamiento mundial, en Londres, participó Eve Ensler, la autora de Monólogos de la vagina.
 
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