SOCIEDAD

Las propuestas de los chicos para una ciudad más segura y divertida

Veredas de colores, senderos seguros con mensajes de radio, calles pintadas: los proyectos terminarán en la Legislatura.

Los niños porteños quieren una ciudad diferente: asientos en las esquinas, teléfonos públicos a su altura, música en las calles, veredas de colores, avenidas peatonales, camas elásticas y casitas en los árboles de las plazas y senderos seguros para ir al colegio. Los chicos quieren una ciudad segura, pero también divertida. “Para que la gente cambie el estado de ánimo y sea feliz”, señaló uno de los chicos. Las propuestas forman parte de cuatro proyectos que dio a conocer ayer el Consejo de Niños y Niñas del Sur, en el marco del Programa Ciudad Amiga de los Niños del gobierno porteño, cuya viabilidad será analizada por la Legislatura de la ciudad y por los Centros de Gestión y Participación de los barrios.
“Nos sentimos importantes tratando de mejorar la ciudad”, contó una de las chicas. Son 39 alumnos, de entre 9 y 13 años, de Parque Patricios, Balvanera, Montserrat, San Cristóbal, Pompeya y Constitución, que tras recorrer sus barrios en mayo pasado generaron cuatro propuestas para crear una ciudad más segura. Los chicos se dividieron en las comisiones de seguridad, plazas, solidaridad y capacidades diferentes y diagramaron los proyectos, con la ayuda de 12 especialistas. Así surgió el Manifiesto de Propuestas 2004.
El programa, que impulsa el Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la ciudad de Buenos Aires, está basado en el trabajo del pedagogo italiano Francesco Tonucci denominado La ciudad y los niños, que sostiene que la opinión de los chicos sobre las necesidades urbanas no sólo redunda en mayor seguridad y bienestar para los más pequeños, sino en mejor calidad de vida para todos.
Tras meses de trabajo, ayer los “consejeros” presentaron los proyectos. Estaban nerviosos. Llegaron al auditorio del Centro Cultural del Sur, en Parque Patricios –donde desarrollan las actividades–, acompañados por sus padres y compañeros del colegio. Mientras sus compañeros se sentaron en la tribuna, los 39 “consejeros” explicaron sus propuestas. “Las calles que no se callan”, es una de ellas. Carla contó que consiste en “no quedarnos encerrados en nuestras casas, aburridos y con miedo. Por eso nos gustaría tener senderos seguros hacia nuestras escuelas y a las plazas cercanas protegidos por nuestros vecinos para que haya más seguridad”.
Se trata de cambiar el miedo por la alegría a través de senderos con veredas y calles pintadas de colores, con murales en las paredes y que a través de una radio se escuchen mensajes como: ¡Que tengan buen día, chicos! o ¿No se olvidan de nada? “Estamos seguros de que así nos iría mejor en el colegio y además estaríamos más felices”, describió Carla.
“Deberían existir teléfonos públicos de nuestra altura y con orientación de números de emergencia por cualquier cosa que nos pase.” “Que en todas las plazas trabaje un guardián.” “Que la arena de los juegos fuera de colores para que la plaza sea más divertida y colorida.” Estas son algunas de las sugerencias de los chicos.
Otras de las propuestas se denomina “La postal solidaria”. “Nos preocupó mucho la gente que vive en la calle. Sabemos que los pobres no son pobres porque quieren”, dijo Alan. Por eso, piden que el gobierno abra los lugares desocupados que existen en la ciudad para que duerman las personas sin techo. Leo explicó el proyecto “Un día en el lugar del otro” y contó que se trata de ponerse en el lugar de una persona con capacidades diferentes: “Así nos entendemos más y no discriminamos”.

Informe: Silvia Marchant.

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Los chicos proponen lograr una Ciudad Amiga de los Niños.
 
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