SOCIEDAD › VILLA QUINTEROS AGUARDA LA AYUDA TRAS LAS DENUNCIAS

El pueblo que solo espera

La gente de la localidad tucumana de los alarmantes índices de desnutrición está a la expectativa por las donaciones que aún no llegan. Chiche Duhalde irá a controlar la provincia.

Dalía Rocío no se llamaba Dalía, como rezaban los carteles en los que la Asamblea Popular de Villa Quinteros denunció la explosión de la desnutrición en Tucumán. La niña –que vive en el pueblo de Aguilares– se llama Thalía, como la cantante. Sus padres habían querido darle ese nombre de reina de la canción, quizá como una de esa maneras en que se sueña con salir de la miseria. Thalía, visitada por periodistas locales, tiene a sus padres dando explicaciones: ya está bien, dicen; ya pesa 9 kilos y algo; ya fue recuperada por los doctores. Pero aunque Thalía, símbolo de la tragedia, se recuperó, su provincia, Tucumán, sigue siendo el escenario en el que la pobreza llega a niveles africanos. El gobierno tucumano, enfrascado en explicaciones varias sobre la inoperancia del Estado, visitó ayer el pueblo de Quinteros: ni el ministro de Salud, ni ninguno de sus allegados, acercó comida, aunque sí disquisiciones rechazadas por la gente sobre los índices de desnutrición. Hilda “Chiche” Duhalde, por su lado, se dijo “angustiada por los niños desnutridos de Tucumán” y amenazó con viajar a la provincia para revisar qué se hizo con los 5 millones que envió su esposo para la compra de alimentos.
Anoche, cuando este diario cerraba en Buenos Aires, en Villa Quinteros, un centenar de personas esperaba, desde la mañana, frente al local que un vecino prestó para crear allí el primer comedor popular del pueblo, el camión que la tele mandaba con comida. Fue el animador y zar televisivo Marcelo Tinelli uno de quienes reaccionaron ante el drama que viven los niños de entre 0 y 6 años en Villa Quinteros. Página/12 publicó el lunes una investigación en la que se reveló que el número de chicos desnutridos aumentó en un 637 por ciento durante los últimos cinco meses. Las cifras, aportadas directamente por el médico Mario Martínez, que dirige el Centro de Atención Primaria de Quinteros, indican que en diciembre había 32 niños con desnutrición grado 1 en el pueblo, y que hasta la semana pasada eran 204. El profesional, y Estela Ledesma –la mujer encargada de pesar a los chicos y entregar las cajas de leche– coincidieron en que lo que envía la provincia no alcanza. Por ese motivo han estado entregando el alimento sólo a quienes más lo necesitan, por ejemplo los desnutridos, y no a otros subalimentados que no han ingresado en la peor etapa de la carencia.
Hasta ayer, a pesar del escándalo que provocó la publicación de la información, los gobiernos nacional y provincial sólo consiguieron cruzar acusaciones, pero ninguna de las dos administraciones hizo algo concreto por resolver la cuestión. El gobernador tucumano, Julio Miranda, llegó al punto de reconocer a Página/12 que su provincia hasta hace dos semanas ni siquiera tenía ministro de Salud. Desde Villa Quinteros, Juan Carlos Pérez, un miembro de la Asamblea Popular que se reúne hoy a las 14 en la plaza central, le dijo a este cronista que el martes sólo había leche para los chicos desnutridos y que ayer sí se les entregó también a quienes no tienen problemas graves.
La leche ayer apareció, aunque muy poca, justo antes de que llegara levantando polvo a Quinteros una caravana de autos y camionetas oficiales, incluyendo dos lustrosas 4x4. Eran el ministro de Salud, Alejandro Sangenis; el secretario de Desarrollo Social, y un nutrido grupo de asesores. Fueron directamente a la salita, el único punto de referencia para la salud de la población. Pronto, entre la expectativa por el camión de Tinelli, y la mucho menor esperanza de que el Estado aporte lo suyo, se juntaron más de 200 personas en la puerta del lugar. “Pretenden con tecnicismos tapar la realidad”, le dijo a este diario Enrique Santillán, el hombre que trajo a Página/12 varias fotos de Thalía Rocío Manrique. “Ellos han tratado de minimizar la situación”, contó Pérez. Los relatos de la gente que presenció la reunión coinciden: los funcionarios se desvivieron en explicaciones sobre los niveles de desnutrición y lo “relativo” de las cifras. Los presentes estallaron en críticas y en acusaciones hacia los punteros políticos que “siempre han robado comida”. “La gente acá sabe que solo debido a las publicaciones de los mediosnacionales los funcionarios ahora recién se despiertan con que acá hay niños graves”, sentenció Pérez. La psicóloga Mirentxu Baca, autora de la investigación “El escenario de la desnutrición en Tucumán”, estudió justo hace diez años la situación: “Entonces –le dijo a este diario– ya eran notorios los síntomas de desnutrición en los hospitales pero siempre hubo maneras de disfrazar e invisibilizar el horror. Por eso es importante que el ocultamiento termine, para que cambien de una vez por todas las políticas sociales”. Lo cierto, por el momento, es que anoche seguían en Quinteros esperando el camión de Tinelli. Y Thalía, según Enrique Santillán, que visitó el “rancho de madera podrida en el que por la noche la luz sale desde adentro por las hendijas, como debe entrar el viento”, no tenía qué comer.

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Las autoridades de la provincia admiten la situación, pero no aportan soluciones concretas.
 
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