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Idas y vueltas tras el fuego

El rompehielos que se vistió de buque hospital durante la guerra de Malvinas llegó en octubre de 2008 a los talleres de Tandanor tras algunos pasos frustrados por costosos. En 2007, el Ministerio de Defensa rechazó la propuesta del astillero de capital surcoreano STX (ex Aker Yards, con puerto en Finlandia; donde se había comprado el barco) para la reparación y modernización del rompehielos por un monto de 97 millones de euros. A un año del incendio del buque, el gobierno nacional analizó la opción de comprar un nuevo rompehielos, pero el monto era mucho más alto. Según Juan Martín Canevaro, director del proyecto del Irízar en Tandanor, la compra de un nuevo buque costaría “unos 300 millones” y la entrega demoraría “siete años, porque en los astilleros del mundo no hay grada (cupo de construcción)”.

Finalmente, el Ministerio de Defensa optó por aprovechar la capacidad productiva de Tandanor y creó el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar), que unifica al astillero con el vecino ex astillero de submarinos Almirante Storni, y le otorgó la administración por diez años. El proceso se da en un marco de reestatización, luego de que en 2007 el gobierno nacional anulara el decreto de venta de Tandanor dictado durante el menemismo. En la actualidad, el Ministerio de Defensa tiene el 90 por ciento de las acciones, mientras que se avanza en un “plan de prioridad participativa” para que los trabajadores posean el 10 por ciento restante. “Este era una astillero sólo de reparación. En estos años, se lo está transformando en uno de construcción y el Irízar será el emblema de esta nueva etapa”, aseguró Mario Fadel, presidente de Tandanor.

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