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Domingo, 6 de noviembre de 2011

MúSICA > EL ETERNAUTA HECHO DISCO

Cantando bajo la nieve

A fines de octubre sale Los Ellos, un disco de homenaje a El Eternauta del que participan dieciocho bandas y catorce artistas visuales. Nicolás Madoery es el compilador del proyecto y director del sello platense Concepto Cero, que lo lanzará. Acá explica la génesis de una idea singular y de por qué la obra de Héctor Oesterheld puede seguir disparando sentimientos y, ahora también, canciones.

 Por Celina Artigas

Hace un par de años, cuando Nicolás Madoery y Matías Olmedo se conocieron cursando Composición con Medios Electroacústicos en la Universidad de Quilmes, prefirieron dar por terminadas sus apuestas a bandas que no encontraban el rumbo y decidieron inventarse otra vez, desde el principio. Crearon el sello-productora Concepto Cero y en una corta trayectoria editaron discos de músicos y bandas que profundizan el prestigio ya sabido del rock platense y lo desvían por caminos electrónicos: Excursiones Polares, Casimiro Roble, Brahaman Cero y Tata Laxague. Pero ahora, la apuesta es de alto voltaje y amenaza reinventarlos una vez más. Se trata de Los Ellos, un homenaje a El Eternauta. Un disco objeto precioso, lleno de artistas, obras visuales, composiciones originales y recién salidas del horno, que idearon dieciocho bandas que aceptaron perderse en la noche nevada de la historieta, para ir en busca del alma del héroe colectivo y un clima, una idea, un estado o momento donde encontrarse con Oesterheld. “Si podemos hacer este disco es porque hubo otra gente que se fascinó con distintas cuestiones del libro: los extraterrestres, la nevada, el personaje de Juan Salvo. No hay que ponerse a escarbar para encontrar algo. Abrís una página y ahí está todo”, dice Nicolás Madoery, su compilador.

Nicolás nació hace veintiséis años en La Plata y leyó El Eternauta, por primera vez, a los trece. Y aún recuerda que entonces pensó en esa historieta como una obra promotora de la acción. La acción en abstracto afincó en un disco cuando lo releyó y en alguna página imprecisa de la mítica historieta lo invadió la certeza de que es una historia para hacer canciones.

“Cualquier idea que dispare otras ideas me parece buenísima. Yo quería hacer un tema sobre El Eternauta porque me parecía una obra muy inspiradora y a Matías le despertó lo mismo. Así empezamos a pensar en invitar a más bandas y se fue creando esto que es como un monstruo, resultado del trabajo de mucha gente; de mucho tiempo y experimentos como el de trabajar de forma amateur –porque nadie gana plata– pero profesionalmente –porque queríamos hacer un producto que no pudiera ser discutido bajo ningún aspecto en su calidad y que, además, tiene una carga emocional muy fuerte para nosotros, incluso por la gente que fuimos encontrando y sumando en el camino, que termina haciendo, en conjunto, un disco mucho más grande.”

Alimentado por el talento de los músicos componiendo obras inéditas originales; por los artistas visuales que le pusieron distintas tapas al proyecto; por la capacidad de gestión de los creadores del sello y el tiempo, el monstruo fue creciendo hasta rebasar los límites de un cd y hubo que cortarle un poco las alas. “Cuando terminamos los temas y nos pusimos a ordenarlos, nos dimos cuenta de que el disco tiene 82 minutos completo y un disco graba hasta 78. Ya teníamos un problema para la edición y era imposible hacer dos cd por una cuestión de presupuesto. El tema de Mostruo! dura doce minutos y con su consentimiento nos dejaron cortarlo a seis. Ahí es cuando uno dice se me fue la mano con el disco... Cuando empezás e invitás artistas no se te ocurre ni siquiera que vas a poder llenar un cd. Al principio pensábamos en once temas y nos parecía muy pretencioso once bandas, y de pronto es un disco que no entra en un disco.”

Las bandas son muchas y es una la forma de ingresar primero al mundo de Oesterheld y luego a todos esos otros universos musicales tan distintos y en plan de construcción: Mostruo!, Norma, Shaman y los hombres en Llamas, La Patrulla Espacial, Bradien, Brahaman Cero, Casimiro Roble, Cinemática, Dietrich, El Perro Diablo, Excursiones Polares, Fútbol, La Perla Irregular, Los Dientes, Pommez Internacional, Supersivo, Tata Laxague. Y Nicolás todavía insiste en lamentarse de que hayan quedado afuera Los Natas y El mató un policía motorizado. La gente no tiene paz.

Dentro de la lista de artistas visuales que pusieron sus ilustraciones en formato diez por diez, para que se vean por la ventana que contiene el packaging –Jorge Alderete, Antonio Gagliano, Acampante, Corina Arrieta, Freshcore, Los amigos de la imagen, Marcos Moreno, Marina Fages, Pacheco, Tormenta, Valentino Tettamanti, Emanuel Orezzo, Francisco Rodríguez Laxague, Cata Moncal– hay una historia bien rara. Y es la de Jorge Alderete. O, mejor dicho, la de cómo este artista visual que estudió en La Plata y reside en México termina allí. “A nosotros nos llegaron un montón de bandas desde que salieron adelantos y notitas en la Rolling Stone. Hubo una, mexicana, llamada El Eternauta que nos escribió para participar. Quedó afuera porque en el disco no podíamos meter más temas, no entraban. Pero esa banda en un encuentro de historieta, allá en México, se encontró con Jorge Alderete, que yo no sabía quién era en ese momento pero fue quien ilustró la tapa del último disco de los Cadillacs e hizo la tapa de la edición mexicana de El Eternauta. Los chicos de la banda le contaron del proyecto, a él le gustó la idea y le dijeron que nos escriba. Hablamos por skype una tarde. Me dijo: ‘En diez días tenés la imagen’ y así fue. Hay una tapa en el disco que es de él.”

Finalmente se plantea cómo se puede insertar este proyecto en el contexto político actual donde, además, El Eternauta se ha convertido en un símbolo. “Quizá si hubiera pensado más en este contexto político, en referencia a lo que es La Cámpora, que usa la imagen de El Eternauta, no sé si lo hubiéramos hecho tan convencidos”, señala Madoery. “No por una cuestión de posición u oposición, pero queremos que la obra sea política por sí sola, no por levantar una bandera. La obra es política desde el momento que decidimos homenajear a una historieta con tanto contenido y que está escrita por una persona que está desaparecida y porque el disco lo sacamos bajo licencia de distribución libre que, a fuerza de que toda la gente quiere lucrar con los derechos de autor, nosotros queremos que circule. Asimismo, no quisimos ligar el disco a la imagen de Juan Salvo con la escafandra, porque es un icono y El Eternauta habla mucho más que de un icono.”

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