Domingo, 11 de mayo de 2008 | Hoy
SANTA FE › ROSARIO/12 INGRESO A CORONDA A TRES AÑOS DEL SANGRIENTO MOTIN
Un grupo de presos denunció que en los primero días de abril hubo guardiacárceles que "trabajaron para producir un nuevo enfrentamiento" entre internos, como aquel sangriento de 2005.
Por José Maggi
"El 11 de abril se tiraron a repetir la historia, a dividir a dos pueblos: Rosario y Santa Fe. Esa noche muchos no pudieron dormir, hubo gente caminando sobre los techos, y se escuchaban los gritos de los guardias, avisando a los pabellones que venían los Paisanos (santafesinos) y que iban los Comegatos (por los rosarinos). Hicimos la advertencia y se paró todo, pero después se encontraron una importante cantidad de facas y chuzas. Todo esto fue fomentado por una parte del Servicio Penitenciario, que quiere la mano dura y que es una verdadera mafia". El relato pertenece a Jorge Crepillo, un interno que coordina la revista Ciudad Interna, que producen los presos de la cárcel de Coronda. El hecho ocurrió en abril de 2008 cuando se cumplían tres años de la masacre que costó la vida de catorce internos.
El relato de los internos se hizo cara a cara frente a Leandro Corti, un abogado de 35 años que ocupa el cargo de secretario de Asuntos Penitenciarios, y que tiene como costumbre compartir en con los propios reclusos mate por medio lo que ocurre puertas adentro del penal. En esta improvisada mesa de diálogo también estuvieron presentes Carmen Maidagan y Lilian Echegoy de la Coordinadora de Trabajo Carcelario, con quienes ingresó Rosario/12 a Coronda.
Crepillo le revela a Corti que "hubo y hay incentivos por parte del personal penitenciario, que son generadores de esa situaciones". Y recuerda que "hoy nos encontramos con alcaides que estuvieron en aquella masacre que están en actividad como Ricca y Orsi, que aún siguen en la unidad y están en el control del ala donde está la gente de Santa Fe. No sé si ellos dos son los motores de estas situaciones, pero lo cierto es que algunos penitenciarios tendieron a repetirlas".
Según el interno convertido en vocero de su grupo "ese día hubo movimientos que fueron extraños, no normales, que fueron detectados por algunos pibes que alertaron del hecho, y asi se pudieron encontrar varias facas en los techos. Esto lo hicieron para que se repita lo del 11 de abril. Hay una mafia penitenciaria", aseguró.
-¿Cómo opera esta mafia penitenciaria? -preguntó este cronista.
-Opera en la oscuridad son muchas manos negras las que operan, por ahí identificamos a algunos. Y te generan esa especie de boicot como lo que ha pasado el 11 de abril cuando tuvimos catorce muertos, catorce compañeros procesados mientras que la justicia no resuelve nunca sobre los responsables del Servicio Penitenciario. Y pensamos que es así porque el Estado no va a querer hacerse responsable de semejante tragedia. Como nunca lo hizo por cada uno de los pibes que caen muertos acá dentro.
-¿Qué cambios hubo en esta nueva administración?
-Están tratando de profundizar la apertura, la política de dialogo. Pero por otro lado se difunden cosas culturales como la presentación de un CD o una obra de teatro al que muchos compañeros no pueden ir porque están encerrados. Y esto es así porque el propio sistema no se los permite. Por eso nosotros en la revista peleamos contra eso: todos los pibes que están acá tienen conducta pésima, y son los gestadores de este espacio. Esto quiere decir que los potenciales que hay dentro de la cárcel no son aprovechados para nada: eso si lo que le conviene al sistema como está funcionando es que nosotros salgamos y vengamos de vuelta. Porque si el estado tuviera intenciones de que nosotros no volvamos más nos facilitaría los medios para concretar los proyectos de cooperativa que tenemos. Y allí es donde está el problema grave: salimos de acá con una mano atrás y otra adelante, además de que la sociedad en general nos discrimina, y terminamos aterrizando en una villa que hoy están sitiadas y van y vienen por unas zapatillas o por un estéreo. Y esto se nota claramente al mirar quienes somos los presos. En la cárcel no hay ricos, las condenas son por delitos contra la propiedad, pero no están quienes cometieron quiebras fraudulentas, desfalcos, estafas, es decir quienes cagaron a todo un pueblo. Esa gente no viene a parar acá .
-¿Están conformes con los cambios?
-En la teoría los cambios que intentan llevar están bien, pero vamos a ver en la práctica. Queremos ve si no boicotean a los nuevos funcionarios como lo hicieron con (Fernando) Rosúa. Y esto hay que decirlo claro: lo del 11 de abril fue para voltearlo a Rosúa. Asi que tenemos miedo: cuando hay funcionarios que quieren hacer bien las cosas, aparecen estos hechos y los hacen caer, y asi una parte del Servicio Penitenciario es la que se queda con el control.
-¿En esta administración el Servicio Penitenciario tiene más o menos poder?
-El Servicio es una gran familia que está deteriorada culturalmente, por lo cual son pocos los funcionarios que quieren hacer bien las cosas, y entre ellos mismos se gesta una lucha: hay una parte que es partidaria del diálogo y la apertura, y otra que quiere la mano dura, y es difícil controlarla.
Por su parte el secretario de Asuntos Penitenciarios Leandro Corti indicó ante este diario que "ese día estuve en contacto con la realidad de la cárcel, ese 11 de abril recorrí personalmente el ala norte y sur, y se establecimos un sistema de seguridad adicional y reforzamos la guardia ante esa denuncia. Y sinceramente no advertí a través de lo que me informó el personal, no se advierte que haya habido presos circulando por los techos de la unidad. Y tampoco tengo constancia de hayan sido halladas armas blancas". Sin embargo advirtió que "los miembros del Servicio Penitenciarios que no entiendan que en esta gestión no hay lugar para hechos confusos, no va tener lugar dentro del mismo".
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