La sede municipal de Villa Gobernador Gálvez fue blanco de un atentado incendiario, anteanoche, a manos de "un par de loquitos que conozco", según el parecer del intendente Pedro González, quien no dudó en afirmar que habría salido "a las trompadas" contra los autores del ataque si eso hubiera ocurrido quince años atrás. Detrás del episodio, otra vez, se agitó el conflicto que el municipio mantiene con un grupo de empleados contratados que exigen su ingreso a planta permanente del personal.

González aparentó, en declaraciones a la prensa, conocer el origen y el motivo del ataque. "Son siete u ocho loquitos que no se aguantan una cachetada. Sé quiénes son. Ya está todo en la justicia y espero ver qué va a pasar, si los van a procesar o no, porque no es la primera vez que hacen estas cosas", dijo.

El miércoles, después de las 20, tres hombres en moto llegaron hasta el edificio de la Municipalidad, en Mitre al 1600, y reventaron dos bombas molotov contra la puerta principal. El atentado consistió en arrojar bidones con combustible y hacerlos estallar con fuego. No hubo más que los daños previsibles en la puerta de hierro, rotura de vidrios y mampostería afectada. Los atacantes se marcharon enseguida.

El fuego no pasó a mayores porque los bomberos justo estaban reunidos en una celebración en su sede, en la esquina de la Municipalidad, por lo que acudieron de inmediato y lo sofocaron.

El jefe municipal reconoció que el ataque "podría tener relación con algún conflicto gremial relacionado con el reclamo de pase a planta de un sector de trabajadores" que no está enrolado en el Sindicato Municipal. Y vinculó la agresión a otras hostilidades anónimas contra los domicilios de sus dos hijas. "Espero que ahora no me echen la culpa a mí", lanzó González.