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Jueves, 4 de julio de 2013

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Consumo

Quisiera compartir algunas ideas en torno a la problemática del consumo de sustancias en Rosario. Lo primero a repensar inexorablemente respecto al contexto social, económico y político ligado al consumo problemático de sustancias, es que cualquier etiqueta que busque ubicar a la ciudad como narcópolis no hace más que estigmatizarla, profundizando el dolor, sin agregar soluciones, respuestas ni esfuerzos compartidos.

Son tiempos para políticas de Estado, para construirlas desde el dialogo, el encuentro y el intercambio. Rompiendo con la impunidad de aquellos que durante décadas hicieron de la política un negocio, de los negocios su cotidiana tarea.

Negar que hay un contexto nacional de ingreso y transporte de múltiples sustancias y precursores químicos por vía terrestre, aérea y marítima y que en ese marco, los aumentos se han dado en todas las provincias (más allá de los colores políticos), sería como mínimo ingenuo.

Ahora bien, las condiciones sociales del uso de sustancias se enmarcan en contextos complejos en tanto territorios, identidades, entramados, etc. La anacrónica, estática y simplista forma de nombrar a las personas desde la idea del "adicto" no refleja lo mucho que se ha escrito sobre su origen como palabra, sus sentidos, etc. También lo cierto es que ubicar a los sujetos de este modo nos produce más encerronas que apertura reflexiva. Por eso, hablar de "una personalidad adicta" es, como mínimo sostener un paradigma funcionalista, biologicista, neo positivista y, desde ya profundamente neoliberal.

El consumo problemático de sustancias no es un problema genético, de personalidades o conductas, de individuos disfuncionales. Es un problema de sujetos y sociedades, de historia, de economías, políticas y de salud. Hay que abordarlo desde las políticas sanitarias, de desarrollo social, desde el deporte y la cultura. No desde el encierro, el estigma, el castigo. Reglamentada la Ley Nacional de Salud Mental, ahora hay que hacerla realidad, con recursos, personal y protocolos.

Por esto no se es mejor o peor persona por consumir una sustancia. La historia de la humanidad nos habla de procesos diversos en torno a los sujetos y su relación con los objetos.

No corramos atrás de planteos facilistas, simplistas y homogéneos que quizás busque instalar algún trasnochado temiendo perder privilegios u oportunidades. Con la salud y las personas no debería seguir lucrándose en la Argentina.

Lautaro D'Anna

Director Provincial de Promoción de Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia.

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