Luego de que anteanoche se estrenara allí el documental de Jorge Denti sobre Ernesto "Che" Guevara, el cine Arteón recibirá hoy a otra producción que lleva firma nacional y que se conecta directamente con la historia sociopolítica argentina. Es que, a las 19, en la sala de Sarmiento 778 se proyectará Todavía cantamos, obra del director Modesto López que, al igual que Denti, reside en México desde hace más de treinta años. En éste, su octavo documental, López presenta al Coro Quiero Retruco, integrado por 18 ex presos políticos, hijos, hermanos y familiares de desaparecidos.

Con producción de Marta De Cea, esposa de López, el largometraje permite adentrarse en la historia de la agrupación que dirige Jorge Chanal, a quien López volvió a encontrar en una de sus visitas a la Argentina. "La idea surge porque Jorge es un viejo amigo mío al que hacía 40 años que no veía, y con motivo de que hace tres años vine a exhibir mis documentales en Argentina él me invitó a ver un ensayo del Coro Quiero Retruco --apunta López en diálogo con Rosario/12--. Me interesó lo que me había contado del grupo y en el ensayo me entusiasmé bastante, por la gente, sus características, su solidaridad, su actitud frente a la vida, las ganas de vivir y seguir luchando por lo que ellos lucharon tanto durante la dictadura".

De ese modo, tres años atrás comenzó a trabajar con un documental que, según el director, podría haberse resuelto en menor tiempo: "Creo que podría haberlo hecho más rápido si hubiera tenido los fondos económicos suficientes. Lo que pasa es que también eso me llevó trabajo. Al final por suerte pude tener apoyo de la Universidad Veracruzana, de TV Unam (que es la televisión de la Universidad Nacional Autónoma de México) y del Incaa, además de lo que puse de mi propio bolsillo. Si hubiera tenido acceso a un apoyo más cómodo a lo mejor lo hubiera podido realizar en un año y medio. Pero así se dieron las circunstancias, y fueron tres años en los que hice como cinco viajes a la Argentina".

- ¿Cómo influyó la distancia en su abordaje al tema tratado en el documental?

- Al hacer esto, al tomar esta idea y llevarla al documental, de alguna manera era reflejarme un poco, como así también a mi esposa, que hizo la producción. De alguna manera era también contar un poco nuestra historia de vida, lo que nos pasó en este país. Y no solamente la historia nuestra y del coro sino la de mucha gente que tuvo que ver con esta noche negra de la dictadura militar. Cuando decido hacer este documental no es únicamente desde la óptica de un director que va a hacer un documental de algo lejano, sino de algo que tiene que ver con mi pensamiento, mi vida, mi forma de ser actual, con lo que pensamos muchos compañeros que están y otros que, lamentablemente, ya no están.

Desde su labor como director, antes de afrontar el proyecto de Todavía cantamos López ya le había dado forma a siete trabajos, a los que siente también conectados con su propia historia. "De alguna manera todo lo que he hecho tiene que ver con mi vida personal, mi caminar por América Latina --considera el realizador--. El que hice de Ernesto Cardenal con la comunidad de Solentiname, el que hice con Antonio Preciado en Ecuador, lo que hice con los zapatistas, todos tienen que ver con el andar de uno, con su vida, con lo que uno lleva. Todos los documentales que hice tienen algo que ver con mi historia".

Si de historia se trata, el trajinar de López también está relacionado con Editorial Pentagrama, el proyecto que fundó a poco de su llegada a México, y que está a punto de cumplir 33 años. "Es una empresa discográfica con la que tengo editados aproximadamente 700 títulos de América Latina y de todos los estados mexicanos. Tengo editados libros y también distribuyo documentales. Esto es parte de todos estos años que llevamos viviendo en Buenos Aires", sintetiza López, cuya experiencia en la distribución le permite trazar ciertos paralelismos.

"La problemática es muy similar en México y Argentina --explica--. La distribución es lo más complicado de todo este trabajo cultural. Uno puede producir, hacer cosas buenas, regulares o malas, pero el nudo gordiano es cómo llegar al público al que hay que llegar, cómo organizar y distribuir la cultura. Es el problema que me plantee cuando creamos Pentagrama, teníamos que crear una manera de llegar al público. Y lo hacemos a través de los lugares típicos, como las tiendas de música, pero también creamos un circuito de ferias. De esa manera tenemos una distribución que hemos ido forjando a lo largo de todos estos años".