En el acto que conmemora los 30 años del conflicto por el Canal de Beagle, la Presidenta afirmó que “mucho tuvo que ver que se haya llegado a ese límite el que no hubiera gobiernos ungidos por la voluntad popular”, en alusión a las dictaduras de Jorge Videla y Augusto Pinochet. El recordatorio fue hecho desde la localidad fronteriza de Monte Aymond, junto a la mandataria Michelle Bachelet, quien afírmó: "Nos reunimos para celebrar la paz".

Previamente, el enviado papal, el cardenal Odilio Sherer, presidió esta mañana una misa en la catedral de Punta Arenas para conmemorar la mediación de Juan Pablo II.

La delegación pontificia se completa con los nuncios apostólicos en la Argentina y Chile, monseñor Adriano Bernardini y monseñor Giuseppe Pinto; y los representantes de los Episcopados de ambos países, el obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín; y el obispo emérito de Rancagua, Francisco Javier Prado Aránguiz, quienes concelebraron la misa.

Participaron de la celebración eucarística el canciller de Chile, Alejandro Foxley; la ministra de Cultura de ese país, Paulina Urrutia y otros funcionarios que integran la comitiva que acompaña a Bachelet, así como delegaciones de escuelas de la ciudad, efectivos militares y la comunidad católica de Punta Arenas que colmó el templo ubicado al lado de la intendencia regional.

Durante su homilía, el arzobispo de San Pablo transmitió el saludo de Benedicto XVI y destacó "el gran aprecio del Santo Padre por estos países y su especial estima por los pueblos argentino y chileno".

Asimismo, exhortó a "celebrar este acontecimiento de paz y amistad entre dos pueblos" que significará el acto de este mediodía, el cual -dijo- será "una señal y un testimonio de que el objetivo de la mediación fue alcanzado", y llamó a que "se profundicen siempre más" las relaciones bilaterales.

Finalmente, se recordó en particular la figura del cardenal Antonio Samoré, el mediador enviado por Juan Pablo II a la zona del conflicto, de quien Sherer señaló que fue un "paciente e incansable negociador" y explicó que la fórmula jurídica de la mediación estuvo basada en "la justicia, la amistad y el desarrollo de los pueblos".

Las mandatarias colocaron la piedra fundamental de un Monumento a la Integración y la Amistad entre Chile y Argentina, que se espera esté concluido durante el año próximo, cuando se recordarán los 25 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre ambas naciones.

En 1978, el cardenal Antonio Samoré, enviado del papa Juan Pablo II, desplegó una mediación para evitar el conflicto armado que los dictadores Jorge Videla (Argentina) y Augusto Pinochet (Chile) quisieron llevar adelante por la soberanía de las islas Picton, Nueva y Lennox.