17:42 › ¿REINO UNIDO?

Los políticos ingleses en campaña por el "No" en Escocia

A ocho días del histórico referéndum, los líderes de los tres principales partidos británicos llamaron a la unidad y prometieron una mayor autonomía a la región durante visitas a ciudades escocesas. La campaña contra la independencia coincide con nuevos sondeos que profundizan el pánico de la clase política inglesa e hicieron caer nuevamente el valor de la libra esterlina.

El primer ministro británico, David Cameron, alertó a los escoceses que el resultado será "una decisión sobre el próximo siglo, y no sobre los próximos cinco años", en un discurso en Edimburgo, la capital de Escocia.

"Me importa muchísimo este extraordinario país, este Reino Unido que hemos construido juntos", agregó el premier, que junto al líder laborista, Ed Miliband, y el dirigente Liberal Demócrata y viceprimer ministro, Nick Clegg, viajaron a Escocia para unirse a la campaña a favor del "No" a la independencia. "Me rompería el corazón si decide separase esta familia de naciones que hemos reunido y con el que hemos hecho cosas extraordinarias juntos", concluyó.

Cameron combinó el tono suplicante de algunos fragmentos de su discurso, con otro de tenor más severo, en el que directamente advirtió que una eventual separación escocesa será irreversible e hizo hincapié en que en tal caso, el Reino Unido no compartirá la libra esterlina.

Por su parte, Miliband, para cuyo partido Escocia es la principal fuente de votos y diputados, subrayó que una Escocia independiente podría caer "en una espiral de retroceso" con consecuencias negativas para los salarios y las condiciones laborales. Por eso, el político abogó "con la cabeza, el corazón y el alma" por la unidad.

"Porque pienso que juntos podemos alcanzar mucha más igualdad y una sociedad más justa que estando solos", afirmó en Cumbernauld, al noreste de Glasgow. En tanto, Clegg pronunció su discurso más al sur, en Selkirk, donde también hizo hincapié en la necesidad de mantener a Escocia dentro del Reino Unido.

El gobernador del Banco de Inglaterra, el canadiense Mark Carney, contribuyó a la campaña advirtiendo que una unión monetaria de una eventual Escocia independiente con el resto del Reino Unido sería "incompatible con la soberanía" de la nueva nación.

La tradicionalmente fuerte moneda británica se encuentra en el eje del debate no sólo por que -como advirtieron hoy Cameron y Carney- hay gran resistencia a que una Escocia independiente pueda seguir utilizándola como moneda propia, sino también porque la irrupción de sondeos con resultados favorables a la opción independentista la hizo caer nuevamente, y por tercer día consecutivo.

En tanto, inversores y ahorristas escoceses desconfían del poder de convencimiento del premier y su campaña en Escocia, por lo que empezaron a trasladar miles de millones de libras a Inglaterra.

El ministro principal de Escocia y principal promotor del referéndum, el nacionalista Alex Salmond, intentó neutralizar la influencia de Cameron, Miliband y Clegg en tierra escocesa, y acusó al trío de integrar el "Equipo Westminster" --como se llama al Palacio del Parlamento británico--, que viaja por un día a Edimburgo porque "ha entrado en pánico".

Según Salmond, que habló durante un acto en la capital ante seguidores de su Partido Nacionalista Escocés, la principal preocupación de los tres jefes partidarios "es mantener intactos sus puestos".

"La amplitud de la campaña por el 'Sí' está allí y todos la pueden ver, no se trata del Partido Nacionalista escocés o del Partido Verde. Se trata de una campaña que le compete a toda la sociedad escocesa", afirmó el jefe del gobierno escocés.

Actualmente, Escocia es una nación constituyente y región administrativa del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte con su propio gobierno autónomo: el Parlamento Escocés, con sede en Edimburgo.

La nación era un estado soberano antes de la aprobación del Acta de Unión de 1707, cuando el Reino de Escocia se unió con el Reino de Inglaterra para establecer el Reino Unido. Tras un acuerdo entre el Parlamento Escocés y el Parlamento del Reino Unido, la pregunta formal de este referéndum será: «¿Debería Escocia ser un país independiente? Sí o No».

El resultado abrirá un importante arco de posibilidades en relación a la economía escocesa, la defensa de las Islas Británicas, las relaciones entre Escocia y sus vecinos y su afiliación con organizaciones internacionales como la Unión Europea, la OTAN y la Mancomunidad de Naciones.

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El primer ministro, David Cameron, suplicó no provocar la partición del Reino Unido.
 
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