Tras los violentos disturbios del domingo en la noche, en la vigilia del aniversario, el condado de Saint Louis había declarado el "estado de emergencia" para la jornada de ayer, en la que se esperan más protestas. Durante el día, unas 100 personas fueron detenidos y durante la noche y la madrugada del martes se sumaron otra veintena.

La policía roció gas pimienta para despejar la avenida West Florissant, aduciendo que entre los manifestantes había personas que habían atacado con piedras y botellas de agua congelada, informó el St. Louis Post-Dispatch.

Durante los últimos cuatro días, centenares de manifestantes tomaron las calles de esta pequeña localidad de las afueras de Saint Louis, en el Medio Oeste del país, para pedir el fin de la discriminación y la violencia policial contra los negros.

El jefe del condado Saint Louis, Steve Stenger, había asegurado que la policía podía "ejercer todos los poderes necesarios para preservar el orden y proteger la vida y las propiedades de los ciudadanos" y sostuvo que "los actos de violencia" no serían tolerados "en una comunidad que trabajó incansablemente durante el último año para reconstruirse".

"La seguridad es nuestra mayor prioridad, y ahora está en riesgo", sostuvo el jefe del condado en el que el policía Wilson no fue procesado por la justicia.

Pese a las advertencias y el "estado de emergencia", cientos de personas volvieron a salir anoche convocados bajo el lema "MoralMonday" y haciendo caso omiso a las instrucciones de no salir a la calle se congregaron en la avenida West Florissant, provocando un enfrentamiento con la policía que llevó a cabo varios arrestos.

A causa del accionar policial, un joven identificado como Tyrone Harris Jr., de 18 años, quedó internado en estado crítico al ser alcanzado por disparos policiales, mientras que otras dos personas recibieron heridas leves también por disparos de bala en circunstancias aún no aclaradas.