PAIS VASCO

Solo un 35 por ciento de adolescentes varones se da cuenta que las publicidades tienen un sesgo sexista, según una investigación de Pablo Vidal entre 528 estudiantes de ocho secundarias de la comunidad vasca. “La publicidad facilita que los estereotipos de género, roles de mujeres ya superados e imágenes simbólicas se asuman en la adolescencia como realidad de cómo son los hombres y las mujeres y ha conseguido que los conceptos de masculinidad y feminidad, vivos hace cuarenta años, vuelvan a resurgir”. Los y las adolescentes vieron anuncios de Lynx, Natan, Calvin Klein, Gucci, Axe, Cesare Paciotti y Ché Magazine. Y hay muchas diferencias entre las miradas de las chicas y la de los chicos. “Lo que para una mayoría de chicos es permisible, normal y justificable, para muchas chicas es rechazable, inadecuado o machista. La aceptación del sexismo es algo natural en un 70 por ciento de los chicos y en un 30 por ciento de las chicas que conciben como habitual y propio de la sociedad que se presenten a las mujeres de forma sexista”.

HONDURAS 

400 femicidios al año

“Se trata de una plaga, con los hombres a modo de langostas, que no deja a las mujeres de ningún país o territorio a salvo, en paz. Cada feminicidio, cada violación, cada golpe, es abominable. Cuando vienen en masa es devastador. En Honduras, los hombres asesinan a más de 400 mujeres al año. 400, una a una, en un país de 9 millones de habitantes. Una tasa 50 veces mayor que la española. Y sale gratis, el 97 por ciento de los casos quedan impunes”, señala José María Vera, Director general, Oxfam Intermón en una nota a raíz de la campaña #MeNiegoAlasViolenciasMachistas

SIRIA 

La violencia sexual como arma de guerra 

En Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, donde viven más de 200.000 refugiados que huyen de Siria los varones denuncian la violencia sexual como arma de guerra. Las mujeres y chicas son las principales víctimas pero los varones y  niños también sufren las violaciones masivas como forma de tortura. Los efectos de los abusos en varones pueden ser el aislamiento, la falta de deseo, la propensión a adicciones, la depresión y la violencia, además de las lesiones físicas por las violaciones. En muchos casos entran a sus casas, durante las guerras y el abuso es por las armas y, en otros, cuando son refugiados, otros varones abusan de las necesidades migratorias y los fuerzan a tener sexo.