La determinación de nuestro entrañable compañero Néstor Kirchner de que el presupuesto educativo debería superar el 6,4 por ciento fue un hecho trascendental para comenzar a desarrollar los cambios estructurales en el sistema educativo. Partiendo de esta base se debería acentuar la creación de colegios, primarios, secundarios y universitarios, en todas aquellas zonas de superpoblación y en las que aún falten, para lograr una mejor inserción de los educandos. Otro elemento esencial para la formación de nuestros hijos es el respeto al docente, al directivo y entre sus pares. La autoridad debe ser democrática, prevenir, enseñar, comprender, acercar... Es elemental erradicar la prepotencia, la intolerancia y el autoritarismo. Con firmeza, respeto, sabiduría, amplitud de criterio y el ejemplo se logra una buena convivencia entre todas las partes que conforman la comunidad educativa. El rol de los padres debe ser preponderante para recuperar la relación familia-escuela, para que sientan su pertenencia a la misma. Este espacio de intercambio entre padres, alumnos, maestros, profesores y directivos contribuirá a valorizar y mejorar las relaciones interpersonales y la calidad educativa. Jerarquizar el rol docente, ampliar su formación académica y sus conocimientos profesionales con la ayuda de las nuevas tecnologías es una necesidad para concretar ese salto cualitativo y cuantitativo de excelencia educativa que debe prestar el Estado.

El pueblo está observando un Estado revalorizado que garantiza el acceso a la educación y al conocimiento, promoviendo una sociedad más inclusiva. Por estas razones, es necesario profundizar el modelo.

Carlos A. Loys

DNI 4.535.682