CONTRATAPA

CARTAS

Golpe y Mundial

Nací en 1977, un año después del golpe de Estado del ’76. No guardo en la memoria ningún tipo de recuerdo de mis primeros años relacionado con eso, salvo una imagen de la guerra de Malvinas y otras de las elecciones del ’83. Ya más grande, vi muchas grabaciones del Mundial ’78. Y cuando tuve edad como para empezar a entender, veía a la gente... y en realidad, no entendía. Pero lo justificaba, me decía que, desde mi experiencia, no podía juzgar a quien, entonces, fuera a pagar una entrada, sacudir una banderita o gritar un gol evidentemente comprado; quizá demasiadas cosas en juego: miedo, ignorancia, desidia... Pero hoy por hoy, desde la perspectiva que nos da el tiempo, es injustificable seguir escuchando a quien se jacte de nuestra “victoria” en el Mundial ’78. Es entonces cuando se me llenan las manos de impotencia y la garganta de bronca. Porque mi sueño no es que, como país, no cometamos errores. Pero sí que, al menos, no sigamos siendo tan necios e irresponsables de no hacernos cargo de los que cometimos en el pasado.Por eso quiero proponer que durante el Mundial en Alemania, en un acto de lucidez y orgullo nacional, devolvamos ese trofeo sucio y fraudulento, a quien corresponda. Aunque más no fuera simbólicamente. Porque ningún campeonato, ningún partido, ningún gol vale la corrupción, la muerte, las violaciones y la sangre que corrieron mientras nuestros ojos estaban en el campo de juego. Así, incluso quienes aman el fútbol pueden ponerse de pie y proclamar que el deporte no puede prestarse a un fin tan repulsivo como el de narcotizar al pueblo y hacerlo olvidar de que a sus vecinos se los están llevando para no volver. Porque nosotros no necesitamos la trampa. Porque no necesitamos sobornar a nadie para ser campeones del mundo. Porque entonces nos dejamos manipular, porque fuimos inmaduros, serviles, vacilantes... Pero ya no... Porque los tiempos cambiaron. Porque nosotros cambiamos... ¿Cierto?

María Sol Martín - DNI 25.896.484

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Los Piruchos

Desde hace un tiempo, pacientes, profesionales, estudiantes y artesanos nos hemos unido en un proyecto común, un taller laboral-artesanal que los integrantes han dado en llamar Los Piruchos. El objetivo no sólo es terapéutico, sino que apunta al aprendizaje de un oficio que facilite la reinserción de los pacientes en sus familias y en la sociedad como seres creativos y productivos con herramientas propias para enfrentar con más seguridad “el afuera y el mundo del trabajo”. No contamos con aportes económicos de institución alguna, esto incluye al Estado, y lo habitual es que quienes coordinamos este espacio y trabajamos ad honorem recurramos a nuestros propios bolsillos para adquirir materiales que permitan la continuidad de la tarea. Mi intención al escribir esta carta no es solicitar dinero, pero no escapa a mi esperanza que quienes pueden y lo deseen colaboren con materiales. Usamos pinturas, parafinas, papeles varios, pastas para modelar y todo lo que puede utilizarse en la elaboración de artesanías. Sabemos que no hay salud física ni emocional sin un proyecto, por mínimo que sea, que impulse el sentido de la propia vida, y a eso apuntamos a que la vida recobre sentido.

Lic. Graciela S. Livolsi
Coordinadora
D.N.I. Nº 14.034.832
Tel.: 155-178-4337

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