Los barras del club colombiano Deportivo Cúcuta burlaron la seguridad del estadio de esa ciudad e ingresaron un ataúd con el cadáver de un hincha del equipo, asesinado el sábado por sicarios, mientras su equipo recibía al Envigado en un partido de Primera. El grupo de hinchas llegó el domingo a la casa donde se velaban los restos de Cristopher Jácome, de 17 años, y al parecer en estado de embriaguez y con la autorización de la familia decidieron llevarse el féretro al estadio, forzando un acceso para entrar. “Fue un verdadero gol que estos jóvenes nos metieron a las autoridades de la ciudad, pues no sólo ingresaron un muerto al estadio durante la presentación de un evento deportivo sino que los mismos integrantes de estas barras tenían prohibida su entrada por indisciplina –admitió el coronel Alvaro Pico, de la policía local–. En el momento en que se abrieron las puertas para habilitar la salida, faltando 15 minutos para el final del partido, un grupo de entre 200 y 300 personas ingresó con el féretro.”