DEPORTES › COLOMBIA, POR LO QUE JUEGA Y POR LO QUE CONSIGUE EN EL CAMPO

Es el equipo de la sensación

Es la fija de muchos para mañana en Fortaleza nada menos que frente al local, Brasil. La pekermanía y la ilusión crecen.

Desde San Pablo

Ni brasileños ni argentinos, la sensación del Mundial son los colombianos: los hinchas y su seleccionado. Los hinchas dejaron su sello en todas las ciudades que pisaron, Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá y Río de Janeiro, y lo mismo hizo el seleccionado que dirige el argentino José Pekerman en los cuatros partidos que el conjunto cafetero jugó y ganó para meterse en los cuartos de final, donde le tocará medirse mañana en Fortaleza.

Los brasileños sueñan con jugar la final, incluso dicen que les gustaría que sea frente a la Argentina, pero Colombia no se presenta como un rival para nada fácil. Ganó el grupo C con puntaje ideal, goleando por 3-0 a Grecia en el debut, después superando a Costa de Marfil por 2-1 y por 4-1 a Japón, y en octavos despachó nada menos que a Uruguay que, más allá de que venía golpeada por la suspensión del mordedor arrepentido Luis Suárez, no pudo hacer mucho para evitar un clarísimo 2-0.

El equipo colombiano tiene un líder futbolístico, que es el ex Banfield James Rodríguez, en quien el propio Pibe Valderrama –en diálogo con este diario– dijo encontrar “un diez para los próximos diez años”, que por ahora es el goleador del Mundial, con cinco goles, y de cerrarse ahora la cuestión, quizás hasta desbancaría a Messi como mejor jugador de la Copa. Pero todavía falta, y no hay nada dicho. Sí que con los goles de James, compañero de Sergio Romero en el Mónaco, Colombia es el segundo equipo con más goles convertidos en lo que va del Mundial, con 11 tantos, uno menos que Holanda, que con la goleada 5-1 ante España en el debut suma 12; en cambio, aventaja a Holanda en diferencia de gol (+9), ya que recibió sólo 2, mientras que los europeos recibieron 4 (+8). Es más, Colombia integra junto con Bélgica y Francia, también cuarto finalistas, la lista en igual medida de equipos que menos goles han recibido en el torneo.

El poder de Colombia está en su vocación ofensiva, apoyada en los laterales Camilo Zúñiga, del Napoli, y Pablo Armero, del West Ham, que desbordan constantemente y brindan así apoyo a los atacantes como son los volantes Juan Cuadrado, de la Fiorentina, y Víctor Ibarbo, del Cagliari, y el delantero de River de futuro incierto, Teófilo Gutiérrez, o Jadison Martínez, del Porto.

“Colombia tiene todas las posibilidades de ganarle a Brasil”, dijo ayer Adolfo “El Tren” Valencia, uno de los históricos de la selección cafetera de los ’90. “Yo veo a un Brasil fantasma, con el respeto que se merecen los jugadores, lo digo así porque anteriormente uno veía a un Brasil que pasaba por encima de los otros equipos y ahora es como cualquiera de las otras selecciones con una o dos figuras.”

Colombia es el equipo sensación, y Pekerman se ha convertido en el entrenador predilecto de los colombianos. En la calle, los hinchas cafeteros se deshacen en elogios. Aquí mismo en San Pablo, dos mujeres colombianas le dicen al cronista que no piensan “devolverlo” a la Argentina, “porque ya dirigió ahí”. Dicen que “Colombia lo necesita, que es un ídolo”. Es cierto.

Con Pekerman, Colombia se clasificó para el Mundial de Brasil después de dieciséis años de ausencia mundialista. “Es un genio. El equipo juega como nos gusta a los colombianos, tiene nuestra identidad, no sé como lo ha logrado, pero Pekerman lo hizo”, le dice eufórico, la voz afónica de tanto gritar, Rafael, un hincha colombiano de unos 30 años que dice haberse gastado unos 5000 dólares entre pasajes, hoteles y tickets sólo para ver al equipo hasta los cuartos de final.

La pekermanía parece no tener límites. Rafael exagera frente al cronista. “Es más, Pekerman recibió 100 mil votos en las últimas elecciones”, cuenta. El dato parecía irreal, la síntesis perfecta entre la pasión y los litros de cerveza que corren como ríos en Brasil, pero no. Ocurrió. Un día después del clarísimo triunfo del debut frente Grecia, en los comicios en que Juan Manuel Santos Calderón obtuvo la reelección con el 50,93 frente al opositor Oscar Iván Zuluaga, el entrenador argentino se llevó el 2,55 por ciento de los votos en blanco. “Ni por Juampa ni por Zuluaga. Pekerman presidente salve usted la patria” se podía leer sobre el espacio de la boleta correspondiente al voto en blanco. Luego aparecieron pancartas con la leyenda “Pekerman presidente 2014-2018” y hasta un hashtag #pekermanpresidente.

Si fueron 100 mil o no es otra cuestión, seguramente fueron más de los que obtendría hoy Alejandro Sabella si se adelantaran las presidenciales de 2015.

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Brasil2014
James Rodríguez, “un 10 para diez años más”, según el Pibe Carlos Valderrama.
 
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