El volante mendocino del Benfica de Portugal y del seleccionado argentino que obtuvo el subcampeonato mundial en Brasil, Enzo Pérez, sostuvo ayer por la tarde, al arribar a Mendoza, que "las cosas se hicieron muy bien; lamentablemente nos faltó el paso más importante: traer la copa a la Argentina".

El ex jugador de Deportivo Maipú, Godoy Cruz y Estudiantes, de 28 años, una de las revelaciones del conjunto de Alejandro Sabella regresó a su provincia natal donde familiares, amigos y numerosos aficionados le dieron una cálida bienvenida a su arribo a la aeroestación local Francisco Gabrielli. El futbolista, el primero nacido en Mendoza que jugó la final de un Mundial, llegó a las 18.10 en un vuelo regular, junto a su esposa y sus dos hijos, además de su hermano Franco, y fue esperado por su padre Carlos y su mamá Miriam, además de numerosos aficionados que cantaban "olé, olé, olé. Enzo, Enzo".

"La verdad, no esperaba este recibimiento, pero la gente vive así un Mundial. Hacía bastante que no venía a Mendoza y es algo muy lindo reencontrarme con la familia y amigos", dijo Pérez. Luego, manifestó estar "muy contento por la gente que se acercó a Ezeiza a recibirnos. Algo nos habían comentado, pero no imaginamos su magnitud, por eso el agradecimiento al pueblo argentino".

Finalmente, puntualizó: "todos estamos amargados, no sólo Lionel (Messi). Por ahí él un poco más, en el sentido que Leo es la cabeza de Argentina, pero la amargura y la tristeza de haber estado tan cerca y no haber traído la copa la tuvimos todos".