En una suerte de anticipo del duelo que la semana próxima jugarán por la Copa Argentina, en cancha de Instituto, Estudiantes y San Martín de San Juan empataron ayer 0-0 en el estadio Ciudad de La Plata.

Ambos equipos comenzaron el partido esgrimiendo propuestas interesantes, pero a medida que fueron pasando los minutos las desprolijidades ganaron terreno y el trámite se volvió ordinario. De todas maneras, aún en esa sintonía, los dirigidos por Gabriel Milito lograban llegar con mayor facilidad sobre el área que defendían los sanjuaninos aunque el arquero Ardente no tenía demasiado trabajo. Le faltaba precisión en la zona de peligro a los locales, y era bueno también el trabajo defensivo de los dirigidos por Carlos Mayor, sobre todo por el lado de Iberbia, que tenía una buena noche.

San Martín encontró espacios de contraataque, y complicó un poco sobre el final de la primera parte. A los 38, el uruguayo Pereira derribó en el área al venezolano Covea, que se preparaba para cabecear un centro de Figueroa. El árbitro Trucco debió haber cobrado penal, pero hizo la vista gorda.

Los sanjuaninos crecieron en la segunda parte, aprovechando los espacios que Estudiantes dejaba en su ambición ofensiva. Sin embargo, las fallas que se repetían en la zona de definición hacían que los ataques se diluyeran una y otra vez. En la medida que los visitantes se animaban a jugar la pelota, los locales apostaban al contragolpe, abriendo la pelota por las bandas y enviando centros que eran controlados por una sólida defensa del equipo sanjuanino.

Los entrenadores buscaron cambiar el rumbo con los relevos, pero a pesar de unos seguidilla de jugadas de cierto vértigo, todo siguió más o menos igual. En los últimos minutos, Mayor evidenció que aceptaba el negocio del punto de visitante, y reforzó el mediocampo para aguantar la igualdad, que estuvo cerca de romper Cerutti, a los 85, pero no definió bien su chance, y luego se lo perdió el ingresado Mendoza con un cabezazo que se le fue por arriba del travesaño.