DEPORTES › EL CONTRATO ENTRE LA AFA Y EL ESTADO VA CAMINO A LA RESCISION

El fútbol cayó en la volteada

El Gobierno quiere vender los derechos del Fútbol para Todos al sector privado, y Clarín –en litigio con la Asociación desde hace siete años– corre con ventaja entre los interesados. La dirigencia se reunió para analizar la situación y exige participar en la licitación.

 Por Gustavo Veiga

El matrimonio está por disolverse. La comezón del séptimo año llegó al fútbol. El contrato por los derechos televisivos entre la AFA y el Estado nacional va camino a la rescisión. Firmado en 2009 y vigente hasta 2019, queda por determinarse cuándo será la ruptura y cómo será: unilateral o de común acuerdo. Este no es un detalle menor: con el regreso a manos privadas del negocio –vía licitación– los dirigentes quieren participar. No sería lo mismo que el grupo Clarín recupere el producto a que lo haga cualquier otro competidor. Hay un juicio multimillonario de por medio que todavía sigue vigente. Lo inició el oligopolio que conduce Héctor Magnetto contra la AFA cuando perdió los derechos hace siete años. La asociación quiere cerrar ese pleito y ayer se reunió su cúpula para definir cuáles serán los otros pasos que dará. Pero hay que ver si el gobierno de Mauricio Macri licita por su cuenta o si les da participación a sus socios en el Fútbol para Todos (FPT). La última palabra la tiene la Casa Rosada –que controla los derechos a manos de la Jefatura de Gabinete– en una puja donde también quieren participar cadenas de Estados Unidos. A buen entendedor, pocas palabras.

Algo va quedando muy claro en esta novela que recién empieza. Las partes quieren terminar el contrato casi tres años y medio antes de su finalización. La AFA porque administró mal su economía y, por añadidura, las de sus clubes. No hay que olvidarse una cosa: son los mismos dirigentes que gobiernan a los dos y argumentan que necesitan más plata. Esta película ya la vimos. Y el gobierno de Macri apura la disolución porque está en la génesis de su política: recortar el gasto público. Aunque a esta altura, es más que obvio, el fútbol por TV no es un producto de primera necesidad comparado con la encarecida canasta de alimentos, los despidos masivos en el estado y los medicamentos que les quitarán a los jubilados del PAMI.

Si el Estado y la AFA acuerdan la rescisión –se discute si sería antes de las elecciones de junio o en simultáneo con ellas– se pasa a un segundo tema. Qué grado de intervención le permitirá el gobierno nacional a los dirigentes del fútbol en la subasta de los derechos.

“La AFA puede participar en la licitación porque es el dueño del producto, aunque los derechos están hoy en manos del Estado. Esto es igual al contrato de alquiler de un departamento. Si el dueño de la propiedad quiere ingresar a ella una vez que vive allí el inquilino, necesitaría su autorización. En el caso de los derechos televisivos, la AFA podría hacerlo como observadora o con poder de decisión en la licitación. También queda claro que si se rescinde el contrato, recupera plenamente todos los derechos, incluido el de licitar por su cuenta y sin que el Estado intervenga”, le explicó a Página/12 una fuente jurídica de la asociación.

Luis Segura ratificó la voluntad de intervenir en la licitación. Lo dijo a las puertas de la AFA: “Enterados de que habrá un proceso licitatorio, nos reunimos para analizar eso y decidimos que queremos participar. Lo está impulsando, en principio, Fútbol Para Todos y nos tenemos que juntar con ellos para ver qué hacer”.

La reunión a la que aludió el presidente se desarrolló por la mañana y participaron de ella él mismo, el presidente de Boca, Daniel Angelici; tres pesos pesado de Independiente, Hugo Moyano, Héctor Maldonado y Carlos Montaña; el titular de Racing, Víctor Blanco; el de Belgrano, Armando Pérez; el de Lanús, Nicolás Russo; José Lemme, de Defensa y Justicia; Miguel Silva de Arsenal, Alfredo Dagna de Olimpo y Claudio “Chiqui” Tapia, de Barracas Central, quien a su vez es el yerno del dirigente camionero.

No estuvieron presentes los presidentes de River, Rodolfo D’Onofrio, y el de San Lorenzo, Matías Lammens, que integran la mesa chica del nuevo y atomizado poder en el fútbol argentino. Antes de viajar a Mendoza para ver a su equipo, el también tesorero de la AFA le aseguró a este diario: “A la asociación no llegó ninguna oferta oficial por los derechos de TV. Yo no estoy de acuerdo en rescindir el contrato hoy. Quiero una oferta con garantías y si se interrumpiera el vínculo, no debería tener ningún costo para la AFA. Debemos discutir todo. Hasta los derechos de la televisación en HD y el streaming”. La de Lammens parece una tercera posición en el meneado tema del FPT.

Hasta ahora lo que se tienen son solo una confirmación y algunas versiones de los eventuales interesados. Al grupo Clarín se agregó la cadena Fox, quien por medio de Sergio Veiga, su gerente general en esta parte del continente, señaló en un comunicado: “Fox Networks Group Latin America confirma su interés en los derechos de transmisión del fútbol argentino para sus canales Fox Sports”. Turner o TNT, otro multimedios estadounidense, el grupo español MediaPro y la agencia de marketing deportivo internacional IMG –para los derechos del producto en el exterior– son las multinacionales que completarían la grilla de competidores.

La AFA tiene una expectativa superadora de lo que recibe hasta hoy. Por el campeonato vigente terminará de cobrar 761 millones de pesos hasta junio. Hasta ahora, el Estado le pagó tres de las cinco cuotas en que dividió aquella suma. La primera, segunda y quinta. La tercera y la cuarta todavía no se hicieron efectivas. Hay bronca por esto en la asociación. Y divisiones en cuánto a la forma de afrontar el conflicto de intereses con el gobierno nacional.

Angelici abandonó la reunión en la AFA antes de que finalizara. Moyano le habría dicho al presidente de Boca durante el encuentro que “el gobierno pague lo que debe”. Los dirigentes no se cansan de deslizar en público que aspiran a cobrar bastante más que el canon anual del FPT que, desde agosto de 2009, siempre tuvo cambios notables hacia arriba. Arrancó con 327,4 millones de pesos en el primer año de transmisiones por la TV Pública y con los sucesivos aumentos, a principios de 2015 la cifra había crecido hasta un 633 por ciento. Hoy el número que está instalado es de 3 mil millones de pesos, unos 200 millones de dólares al cambio oficial. Demasiado dinero para clubes que, en su mayoría, sufren una complicada situación económica por su propia impericia y no fueron auditados como correspondía. Ni con mecanismos internos por la AFA, ni con las herramientas que dispone la AFIP durante el gobierno de Cristina Kirchner. Los dirigentes continuarán debatiendo estos temas la semana próxima. El martes tendrá su reunión ordinaria el Comité Ejecutivo de la asociación que preside Segura. En el encuentro de ayer, uno de los asistentes propuso analizar la posibilidad de un paro del fútbol. Sugirió que fuera en la 11 fecha que está prevista para el fin de semana del 16 y 17 de abril. “Tenemos que hacer algo”, dijo la voz, que bien podría ser la de un hombre cercano al moyanismo o la del mismo presidente de Independiente. Su lectura o la que hizo uno de los participantes del encuentro podría sintetizarse en estos términos: “El gobierno no subsidia al fútbol. Compra un producto y paga por ello, que es muy distinto”.

En lo que al menos están de acuerdo las dos partes, la AFA y el Estado, es en mantener la gratuidad del Fútbol para Todos. Así lo dicen o deslizan por lo bajo, depende de quién se trate. De lo que no existe certeza es si, una vez realizada la licitación y con el producto en manos privadas, la cadena ganadora respetará lo mejor que tuvo el FPT en estos siete años: la gratuidad de ver un partido desde la casa y no solo hinchas que festejaban los goles desde la pantalla.

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Segura, en la AFA; también asistieron Angelici y Moyano, entre otros.
 
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