ECONOMíA › REBOTO EL DOLAR AL CERRAR LA SEMANA. AJUSTE DE DOS A CUATRO CENTAVOS

Aflojá un poco el hilo pero que no se vuele

La pauta fue marcada por el ministro de Economía el día anterior. “El dólar no está más barato porque preferimos que mantenga la estabilidad”. Ayer el Banco Central la respetó a pie juntillas. Tras la sensible caída del valor de la divisa del jueves, ayer lo dejó subir un poco, sin que se escape.

Después de una semana en retroceso, el dólar retomó la marcha alcista. El principal motivo que encuentran en la city para explicar el cambio de tendencia tiene como protagonista a Roberto Lavagna. El ministro había dicho que no iba a dejar que la moneda estadounidense continuara cayendo. El impacto directo de tales declaraciones fue que en el segmento oficial el dólar terminó con un alza de cuatro centavos: 3,50 pesos para la compra y 3,58 para la venta. El libre, en tanto, subió entre dos y tres centavos, según las distintas casas de cambio, hasta 3,64 pesos en la punta vendedora. Pese a la suba, en el microcentro esperan que la paridad cambiaria se mantenga en torno de los valores actuales.
“Antes que un dólar barato, preferimos que mantenga la estabilidad, sin grandes volatilidades”, había dicho Lavagna anteayer durante una rueda de prensa. La lectura entre los financistas fue obvia: el dólar llegó a su piso. Por lo tanto, ayer los grandes operadores salieron a comprar divisas para cubrirse, sin temor a perder.
La muestra clara de la ofensiva tomada por grandes empresas y bancos son los datos aportados por el Central sobre el mercado cambiario. Frente a la demanda mínima de dólares durante el resto de la semana, las compras de ayer treparon a 57,6 millones. Este monto revela que hubo empresas y bancos que salieron a cubrir posiciones que mantenían abiertas mientras el dólar continuara cayendo. Además, en el mercado se notó la presencia de importadores que, tras descartar que la divisa pueda caer más, demandaron dólares para hacer frente a sus compras en el extranjero.
En el microcentro porteño prevén que el dólar libre oscilará en la franja que va de 3,60 a 3,70 pesos para la punta vendedora. Y algunos previenen que tras el alza de ayer, la divisa podría perder algo de terreno la próxima semana ya que se aguarda una liquidación constante de dólares por parte de los exportadores. “Las declaraciones del ministro fueron desacertadas. Si no hubiese revelado su estrategia, el dólar quedaba en 3,56 pesos en el tramo mayorista en vez del cierre de 3,61”, señaló a Página/12 un conocido consultor de la city.
Este mismo economista planteó que si el Central quisiera bajar el dólar, lo lograría. Pero que, día tras día, confirma la estrategia de mantener un tipo de cambio alto a cambio se engrosar sus reservas. Pese a la importante demanda, ayer ganó 2,1 millones de dólares y extendió a 312 millones las utilidades del mes. Esta ganancia aún no se reflejó en la evolución de las reservas en toda su magnitud: en lo que va de octubre éstas crecieron 109 millones, hasta 9523 millones.
Algunos financistas vincularon el alza del dólar a la brusca baja de las tasas de interés. En la última licitación de Lebac hubo caídas de entre seis y siete puntos porcentuales en los rendimientos de todas las series en pesos. La lógica sería que, ante el menor atractivo de las tasas, los grandes operadores se habrían volcado nuevamente al dólar.
Sin embargo, este escenario fue relativizado en tres bancos consultados por Página/12. Para esos financistas, todavía existe margen para que el Central continúe flexibilizando el mercado del dinero. Pero mencionan las Lebac de más largo plazo, a 56 y 84 días. Para estas series, las tasas se sitúan en 46 y 60 por ciento anual, respectivamente. Y auguran que podrían descender entre 4 y 5 puntos en la licitación del próximo martes. Los más optimistas aseguran que una baja de tasas sería posible teniendo en cuenta que el BCRA logró aumentar el stock de Letras en 200 millones en lo que va del mes. Y que incluso dejó demanda insatisfecha en las últimas operaciones. No obstante, distinto sería el caso de los títulos de corto plazo –entre 14 y 28 días– que ya se encontrarían en los rendimientos mínimos aceptados por el mercado. La caída de las tasas también se verifica en los rendimientos de los depósitos. También en el call (tasa interbancaria de cortísimo plazo), que bajó al 6 por ciento anual, contra 15 por ciento que se encontraba un mes atrás.
No caben dudas de que, a las puertas del acuerdo con el FMI, la situación financiera está en calma. Lo que también se sabe es quecualquier declaración o movimiento inoportuno de los funcionarios puede dar por terminada esa paz.

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El mercado sigue moviéndose sin sobresaltos, con demanda escasa y sujeto al manejo del Banco Central con leves intervenciones.
 
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