ECONOMíA › EL CRECIMIENTO DE LA INVERSIóN EN ARGENTINA ES UNO DE LOS MáS ALTOS DE LA REGIóN, SóLO SUPERADO POR CHILE

Más que viento de cola, apuesta a ganador

La inversión durante el primer trimestre del año fue 19,5 por ciento superior a la de 2010. Comparado con el resto de los países de la región, sólo es inferior a la de Chile, pero más que duplica el alza en Brasil.

 Por Javier Lewkowicz

La inversión en la economía argentina registró en el primer trimestre el segundo mejor desempeño de la región, detrás de Chile. Mientras referentes del establishment critican la dinámica actual supuestamente basada “sólo en el impulso al consumo”, los empresarios refutan esa idea en la práctica, al responder con inversión al estímulo de demanda, evitando un cuello de botella generalizado. Analistas privados resaltan que la mayoría de las compañías buscan ampliar la capacidad productiva a raíz del sostenido crecimiento que se verifica desde 2003. También funciona como atractivo las cuotas de mercado derivadas de las medidas de protección comercial y los créditos del Bicentenario.

Según los últimos datos oficiales correspondientes al primer trimestre, la inversión representa el 21,9 por ciento del PIB, cuando un año atrás tenía un peso de 20,2 por ciento. Ese avance se explica a partir de la suba del 19,5 por ciento que mostró en forma interanual, más del doble de la que registró el conjunto de la economía. El peso de la inversión en el PIB es mayor que en 1993-1998, período de la convertibilidad previo al inicio de la recesión, auge de las privatizaciones y las reformas estructurales “pro-mercado”. La inversión en función del PIB en el promedio de los primeros trimestres del año en ese período fue de 19 por ciento.

En los primeros tres meses de 2011, la inversión en Uruguay avanzó de forma interanual 13,2; en Paraguay, 12,5; Perú, 12,3; Ecuador, 16,7; Colombia, 8,7 y México, 7,7 por ciento. Según los datos recopilados por el Ministerio de Industria, en toda América latina sólo Chile, con una suba anual de 20,4 por ciento, superó la dinámica argentina. Un rendimiento opaco en términos relativos se registró en Brasil, donde la inversión creció de manera interanual en el primer trimestre 8,8 por ciento y 5,9 en los segundos tres meses, afectada por el estancamiento de la producción industrial a partir de la apreciación cambiaria.

“Más allá de la caída de 2009, se consolidan ocho años de fuerte crecimiento. Ese es un factor que acelera la inversión. Además, hay incentivos puntuales como la línea del Bicentenario, el compre nacional en la obra pública y cierta cuota de mercado en algunos segmentos”, explicó a este diario Diego Coatz, economista jefe de la UIA. Sin embargo, resaltó, “hay algunos contrapuntos”. La crisis internacional acorta los plazos en casi todos los proyectos y en muchos segmentos, a pesar de que hay fuerte demanda, la rentabilidad no llega a ser atractiva para los empresarios a causa de la apreciación real del peso frente al dólar. “En esos sectores, sobre todo para las empresas que no manejan la cadena de distribución y comercialización, se vuelve más atractiva la importación”, agregó.

Algo más de la mitad de la inversión total en el primer trimestre se explica por la construcción, que creció 8,8 por ciento. Si bien esa actividad es relevante en términos de generación de empleo y tracción sobre otros sectores productores de insumos y servicios, no tiene tanto impacto sobre la capacidad productiva. En ese sentido sí resulta crucial la dinámica de la compra de equipo durable de producción, que representa la otra mitad de la inversión (cerca del 10,6 por ciento del PIB) y avanzó a un ritmo interanual de 33,4 por ciento.

“En el sector metalúrgico el proceso inversor se aceleró en el primer semestre del año. La producción está creciendo por encima del 10 por ciento y la capacidad ociosa se reduce, por eso los empresarios deciden invertir”, señaló a este diario el economista jefe de Adimra, Fernando Grasso. De todas formas, según el especialista, aún no se recuperaron los niveles previos a la crisis internacional. Antes de 2008 las empresas invertían alrededor del 7 por ciento de las ventas, mientras que ahora esa proporción ronda entre el 4 y 5 por ciento. La diferencia se explica porque recién en los últimos meses se recuperó la producción y la utilización de la capacidad instalada. Según se desprende de la encuesta periódica que realiza la entidad metalúrgica, el 82 por ciento de los empresarios del sector tiene planeado invertir próximamente.

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La compra de bienes de capital (equipo durable de producción) explica la mitad del aumento de la inversión.
Imagen: Alejandro Elías
 
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