ECONOMíA › LOS CANDIDATOS DE LA OPOSICION BUSCARON SEDUCIR A LOS EMPRESARIOS REUNIDOS EN EL COLOQUIO DE IDEA

Frases marketineras y guiños para el mercado

Massa, De Narváez y Stolbizer remarcaron la necesidad de terminar con la “confrontación”, prometieron la inserción de Argentina en el mundo, la recuperación de la calidad de las instituciones y una menor presión fiscal.

 Por Cristian Carrillo

Desde Mar del Plata

El candidato Sergio Massa llegó tarde y no escuchó los discursos de Francisco de Narváez y Margarita Stolbizer.
Imagen: DyN.

Los principales candidatos de la oposición buscaron ayer seducir a los empresarios reunidos en el Coloquio de IDEA con frases marketineras y una serie de guiños al mercado. Sergio Massa (Frente Renovador), Francisco de Narváez (Unión por la Libertad y el Trabajo) y Margarita Stolbizer (Frente Progresista, Cívico y Social) remarcaron la necesidad de terminar con la “confrontación”, llamaron a la unidad y el trabajo conjunto de todos los sectores, prometieron la inserción de Argentina en el mundo, la recuperación de la calidad de las instituciones y una menor presión fiscal. También abundaron las definiciones con reminiscencias de los noventa, como la necesidad de alcanzar el status de investment grade de parte de la comunidad financiera internacional.

El evento empresarial dejó para el cierre de la jornada el panel político que se anunciaba como una especie de debate entre los principales candidatos a diputado por la provincia de Buenos Aires, aunque el representante del oficialismo no asistió y la mecánica fue otorgar veinte minutos a cada uno para exponer sin espacio para preguntas del público. Martín Insaurralde no participó del encuentro por tener que asistir a la reinauguración del cine Avenida.

“El orden de los oradores se estableció por sorteo y no al azar: Stolbizer, De Narváez y Massa”, aseguró el moderador Pablo Orsei, titular de Motorola. La frase causó sorna entre los presentes, quienes entendieron que dejaban para el final el candidato que “más vende”. De hecho, hubiese sido embarazoso que la “suerte” para Massa fuera otra, porque llegó recién al final y no escuchó a los otros candidatos. Massa llegó al salón acompañado de su equipo económico de campaña –Miguel Peirano, Ricardo Delgado, José Ignacio de Mendiguren y Martín Redrado– y sin mediar disculpas por los reiterados llamados de Orsei para que suba al estrado, comenzó su alocución.

Lo primero que hizo fue solidarizarse con el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, por el atentado y las amenazas que está sufriendo. “No vinimos a contarles lo que vamos a hacer, cada uno de ustedes ya lo ve y lo escucha”, dijo después al público empresario presente. De todos modos, señaló una serie de cuestiones que permitieron vislumbrar el rumbo y los guiños al sector privado. Planteó un escenario de mediano plazo, en el que hizo foco en la necesidad de “bajar el nivel de presión fiscal para ganar competitividad”, aunque no explicó la manera de compensar la pérdida de recursos para el fisco. En este punto hizo una clara referencia a las retenciones, las cuales –según él– no tiene sentido aplicarlas con fines recaudatorios en el caso del maíz, cuando los ingresos apenas llegan a 100 millones de dólares, argumento esgrimido por la Sociedad Rural.

Luego hizo mención a otros desafíos que considera pendientes. Planteó la necesidad de un modelo de federalismo, con nuevas formas de coparticipación. En cuanto a temas de coyuntura, apuntó contra el “cepo cambiario, los problemas estadísticos y la necesidad de inversiones”. Sostuvo que la discusión entre ajuste o devaluación es vulgar y que la competitividad requiere de políticas de largo plazo, entre las que señaló la infraestructura, el costo del transporte y la matriz energética. Sobre este último punto buscó quitarle protagonismo al descubrimiento de reservas de gas y petróleo no convencionales, una situación que esperanza a los empresarios (ver aparte). “El tema no es convencionales y no convencionales sino una matriz diversificada, con energías renovables como la eólica son una gran oportunidad”, sentenció, pese a que la potencia eólica representa en la actualidad apenas el 0,5 por ciento de la matriz y en los países donde está más desarrollada es sólo un complemento muy menor de las fuentes tradicionales. Por último, sostuvo la necesidad de reforzar los vínculos bilaterales con los socios de la región y habló de deficiencias en el nivel de gasto público.

La presentación de De Narváez se sustentó sobre un eje temático que ilustró sobre un mapa digital de la Argentina y sobre el que desplegó diez puntos, de los cuales sólo abundó en dos: el shock de calidad institucional y el desarrollo económico sustentable. Sobre el primero sostuvo su intención de trabajar en políticas integrales de transparencia y lucha contra la corrupción. “No todos los justicialistas nos hemos abotonado detrás del FpV y marcamos la diferencia de los que dicen ‘roban pero hacen’”, dijo.

Resaltó el rol del jefe de Gabinete como nexo con los legisladores y la necesidad de limitar las atribuciones del Poder Ejecutivo nacional. “El presidente es una figura importantísima, pero los otros dos poderes también”, reforzó. Criticó que se siga utilizando la legislación de emergencia y pidió avanzar en la profundización de las reformas impulsadas por la Corte Suprema. Respecto del programa de desarrollo, retomó la idea del plan –que volvió a no explicar– pero definió como macromonetario, fiscal y cambiario. “Se requiere de reglas previsibles y sustentables y conocer de antemano las políticas públicas. El inversor necesita tener certeza”, dijo El Colorado, quien desempolvó el viejo deseo noventista de que el país tenga la condición de investment grade –grado de inversión–, anhelo que en el pasado llevó a justificar ajustes fiscales brutales.

También remarcó la necesidad de un shock de inversión en todos los sectores, fortalecer las instituciones, un Banco Central independiente, normalizar el Indec y despolitizar la AFIP para que “no amedrente a los que piensan distinto”. Por último, habló de normalizar el mercado laboral, crear un fondo anti crisis y acordar con los organismos de crédito. “Celebro que se lo esté haciendo con el Ciadi y el Club de París”, aclaró. “Endeudarse no es una mala decisión; es malo si se va al casino, pero no si se utiliza criteriosamente”, concluyó el candidato.

Stolbizer se focalizó en las críticas al kirchnerismo, entre las que fue mechando esbozos de propuestas. La más clara y coincidente con sus compañeros de panel fue la reforma impositiva. “Se paga como nunca y están mal aplicados. Las reforma no puede ser planteada desde un partido de la oposición sino a través de una comisión para pasar del sistema regresivo y enmarañado actual a uno con pocos impuestos y bien integrado”, definió.

En el mismo sentido, planteó la necesidad de reformar el sistema de gastos, en la que se “salga de una economía subsidiada a una dinámica”. Ofreció más federalismo e impulsar inversiones en investigación y desarrollo. “Los gobiernos deshonestos no están en condiciones de iniciar esta situación virtuosa”, aseguró. También hizo referencia al tipo de cambio, el cuidado de los recursos naturales, la matriz energética, el medio ambiente, la lucha contra los delitos transnacionales, la falta de infraestructura y el deterioro de la educación y las instituciones. “Esto se consigue con un federalismo solidario que garantice el desarrollo de las instituciones”, remarcó Stolbizer.

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