ECONOMíA › LA NUEVA CONDUCCIóN DEL BANCO CENTRAL INVESTIGA A FUNCIONARIOS DE LíNEA

La vieja guardia bajo sospecha

Con la llegada de Alejandro Vanoli al frente del BCRA se resolvió desplazar o suspender a tres subgerentes de la entidad que ocupaban cargos estratégicos en las divisiones de control sobre el sector financiero.

 Por Cristian Carrillo

Con los cambios en la conducción del Banco Central se sucedieron también –aunque sin la misma difusión– modificaciones y reemplazos en la estructura de fiscalización financiera del organismo. Algunos de los principales referentes de la denominada “Vieja guardia”, que bajo el argumento de su experiencia técnica se mantuvo en puestos clave en las sucesivas administraciones del Central, fueron suspendidos o removidos de sus funciones. Se trata de los subgerentes Daniel Merlo, de Supervisión y Seguimiento; Guillermo Trillo, de Autorizaciones y Control, y Pablo Carbajo, de Cumplimiento y Control. Los últimos dos fueron suspendidos preventivamente mientras están siendo investigados por presuntos incumplimientos en sus deberes como funcionarios. Los primeros resultados de esas investigaciones, a los que accedió este diario, revelan una fuerte vinculación con Rubén Marasca, otro ex gerente en la superintendencia encargada de las auditorías a las entidades financieras, ahora alejado del organismo, quien es socio fundador de Financial Services Consulting.

La llegada de Alejandro Vanoli al frente del Banco Central, luego de que la Presidenta denunciara connivencia entre algunas capas del organismo y el sistema financiero, derivó en una reestructuración de los principales departamentos de control y auditoría financiera. En sus primeros movimientos en la conducción, el nuevo equipo al frente del BCRA inició una investigación de las líneas históricas sobre las que existían denuncias por parte de la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), con el objetivo de cristalizar el monitoreo sobre flujos financieros y los movimientos del mercado cambiario. La designación de Germán Feldman en la Superintendencia de Entidades Financieras, responsable de auditar todo el sistema bancario y supervisar el mercado cambiario, y de Pedro Biscay, ex responsable del área de Fraudes Económicos y Bancarios de la Procelac, en el Directorio del BCRA, fueron los primeros movimientos en el rompecabezas de la autoridad monetaria.

Los cambios internos continuaron, aunque en silencio, con segundas líneas, que operativamente habían quedado relegadas durante la conducción de Mercedes Marcó del Pont, pero habían recuperado amplio margen de maniobra con la de Juan Carlos Fábrega. Trillo y Carbajo estaban siendo observados por vinculaciones en la causa judicial de Alejandro Reynal, vicepresidente del BCRA durante la última dictadura, acusado de lavar dinero a través del Estado para crear su propio banco, el MBA Lazard. Pese a esas denuncias, el Central aprobó en abril último a pedido de Reynal una venta de acciones del MBA Lazard.

La celeridad con la que se aprobó la operación del banco de Reynal puso bajo la lupa a Trillo, suspendido preventivamente sin goce de sueldo mientras es investigado, y Carbajo, quien fue adscripto bajo la figura de “reacomodamiento de personal” –también está siendo auditado–. Por su parte, Merlo perdió su puesto al frente de la Subgerencia General de Supervisión y Seguimiento, oficina que actúa bajo la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias, encargada de fiscalizar in situ el cumplimiento de la normativa por parte de entidades financieras y casas de cambio. Las denuncias de Cristina Fernández de que se anticipaba a los cueveros sobre eventuales allanamientos explican la salida de Merlo.

“De acuerdo con las primeras informaciones que surgen de la causa, Trillo y Carbajo tendrían vinculación con un hombre fuera del banco, y ése es Marasca”, dijo a Página/12 una fuente vinculada con la investigación. Marasca estuvo a cargo de la Superintendencia de Análisis y Auditoría en los ’90 y fue contratado posteriormente (2001) por el Grupo Petersen para la Dirección de Auditoría Interna de YPF mientras era operada por Repsol. Las investigaciones continuarán y ya alcanzan incluso a Fábrega, por avalar presuntamente el funcionamiento de una cueva financiera que encabezaría su hermano Rubén.

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Vanoli designó en las áreas calientes de control a Germán Feldman y Pedro Biscay.
Imagen: DyN
 
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