ECONOMíA › MáS EMISIóN DE TíTULOS DE DEUDA DE LA NACIóN, PROVINCIAS Y GRANDES EMPRESAS

El festival de bonos sigue a todo ritmo

La Secretaría de Finanzas licitará pasado mañana dos Letras del Tesoro en dólares de corto plazo, por un total de 600 millones, y colocará un nuevo bono con ajuste por inflación (CER), denominado Boncer 2021, por 15.000 millones de pesos.

La reinserción plena en el mercado financiero internacional instrumentada desde el Ministerio de Hacienda y Finanzas abrió un nuevo ciclo de endeudamiento externo. El proceso en marcha excede las emisiones de bonos del Gobierno por más de 27.000 millones de dólares para pagarle a los fondos buitre, la colocación de letras del Tesoro y el crédito de corto plazo solicitado por el Banco Central e involucra a seis provincias: Buenos Aires, CABA, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Chubut y Salta tomaron créditos en por 4950 millones de dólares.

El proceso de captación de fondos desde las provincias promovido por las autoridades nacionales es facilitado por los bajos niveles de endeudamiento heredados y las altas tasas de interés ofrecidas a los inversores extranjeros. El endeudamiento continuará a lo largo del año, de hecho Chaco y Chubut planean tomar deuda en dólares en las próximas semanas. Además de los gobiernos subnacionales varias empresas privadas (Banco Hipotecario, YPF, Cablevisión, IRSA, Banco Galicia, Clicsa, Petrobras) tomaron fondos en el mercado externo.

El incremento en los niveles de deuda junto con la desregulación cambiaria y otros elementos de carácter simbólico como el regreso del Fondo Monetario Internacional no representa un riesgo inmediato para la economía local pero devuelve al país misma lógica que lo llevó a su peor crisis.

La Secretaría de Finanzas licitará pasado mañana dos Letras del Tesoro en dólares de corto plazo (Letes) por un total de 600 millones y colocará un nuevo bono con ajuste por inflación (CER) denominado Boncer 2021, por un monto total de 15.000 millones de pesos.

El incremento en los pasivos externos del país es el más relevante desde 1994, marcando un quiebre con la etapa reciente de desendeudamiento. En sus primeros seis meses de gestión, el ministro Alfonso Prat-Gay incrementó la deuda un 17 por ciento en dólares y abrió el camino para que las provincias recurran a esa herramienta para financiar sus gastos corrientes. La primera en lanzarse al mercado internacional fue la de Buenos Aires: colocó un total de 2250 millones de dólares. La operación inicial de las autoridades bonaerenses se hizo pagando tasas de interés por encima del 9 por ciento a 8 años, cuando 3 meses después logró obtener financiamiento a 10 años al 7,8 por ciento. “Es difícil explicar la urgencia o conveniencia de salir en aquel momento ya que Buenos Aires tenía un excedente de liquidez que está colocando en letras del tesoro con rendimiento sensiblemente inferior”, advierten los investigadores del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala.

A las colocaciones realizadas por el gobierno de María Eugenia Vidal le siguen la emisión porteña por 890 millones de dólares, la cordobesa por 725 millones, Mendoza con 500 millones, Neuquén que colocó 235 millones, una operación de Chubut por 50 millones y los 300 millones captados por Salta.

Un informe elaborado por Ecolatina señala que el stock de pasivos de las provincias representa alrededor de 3,8 puntos del PIB, aunque al descontar la deuda con el Gobierno nacional el resultado se reduce hasta 2,4 puntos del Producto. Esta consultora de la city indica que “las provincias han generado un incremento neto de la deuda cercano al 1 por ciento del PIB, aprovechando el apetito de los inversores internacionales”. A pesar del entusiasmo que genera el regreso del país, sus provincias y empresas a los mercados financieros desde Ecolatina advierten que “aun cuando el nivel de endeudamiento es bajo, utilizar los dólares obtenidos de una manera imprudente puede tener efectos negativos en las finanzas provinciales”.

Un elemento relevante de la etapa inicial del nuevo ciclo de endeudamiento es que los fondos generados por la emisión de deuda y el ingreso de capitales especulativos no se destinan a financiar inversiones productivas sino gastos corrientes, cubrir el déficit externo y abastecer la fuga de capitales. “Si bien desde 2010 el conjunto de las provincias presenta déficit financiero, las necesidades de financiamiento se han potenciado por la recesión y algunas medidas del gobierno nacional”, indica Ecolatina, al advertir que como las provincias destinan 9 de cada 10 pesos de sus presupuestos a gastos corrientes (los salarios representan cerca de la mitad de las erogaciones), los gobiernos subnacionales se estarían endeudando en moneda extranjera para evitar un ajuste. “En 2016, tanto la Nación como las provincias registraron una pérdida de recaudación y un cambio en las fuentes de financiamiento. El camino que se abrió post el pago a los buitres fue el del endeudamiento externo a tasas elevadas en dólares pero decrecientes gracias a la normalización del pago de la deuda. Esto impacta en el balance de pagos (genera presión a la apreciación cambiaria por ingreso de capitales) y puede posponer la consolidación fiscal en el sector público”, expresa el informe al reclamar un mayor ajuste de las cuentas públicas.

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El Ministerio de Hacienda y Finanzas convertido en la cartera de emisión de títulos de deuda.
Imagen: AFP
 
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