ECONOMíA › KIRCHNER RATIFICO QUE LA OBRA PUBLICA TIENE LA PRIORIDAD EN EL SUPERAVIT

Plata hay, pero no será para pagar deuda

El Presidente de la Nación habló en la inauguración de una planta de Arcor, donde volvió sobre el tema de los excedentes fiscales y su aplicación. “No queremos repetir viejas historias: Argentina propone sólo aquello que va a poder cumplir.”

Sin levantar la voz, ni agitar los brazos como suele hacer al lanzar desde un micrófono definiciones sobre las negociaciones de la deuda externa, el presidente Néstor Kirchner volvió a delimitar el terreno con los organismos internacionales. El mandatario aseguró que la Argentina logrará este año un superávit primario superior al cuatro por ciento, pero dejó en claro que ese dinero será utilizado para financiar inversiones en obras públicas y no para engordar la oferta a los acreedores. Kirchner destacó la necesidad de salir del default e ingresar al mercado de capitales externos, “pero no de cualquier manera”. “No queremos repetir viejas historias –dijo–. Argentina debe recuperar la credibilidad y por eso propone aquello que sabe que va a poder cumplir. Es central que lo que digamos no sea una nueva quimera y una frustración para el mundo.”
El tema de la deuda lo dejó picando casi sin darse cuenta el presidente de Arcor, Luis Pagani, durante la inauguración de una planta de envasados de ese grupo en la localidad bonaerense de Luján. “Hay que restablecer los canales de financiación”, reclamó Pagani en el acto de lanzamiento, a pocos metros de Kirchner. “La falta de crédito a largo plazo y a costos razonables dificultan la recuperación”, dijo el empresario.
Minutos después, el Presidente tomó la posta frente a los micrófonos y avanzó lentamente hacia el tema de la deuda. “Nosotros creemos que el crédito es un tema central, que en parte puede resolver la banca oficial, en parte un compromiso mayor y con un poco más de riesgo de los bancos del sector privado. Y por supuesto, otro proceso que estamos debatiendo, es cómo recuperar el mercado de capitales externos”, aseguró.
Con este párrafo, Kirchner apuntó hacia dos frentes. Por un lado reclamó a la banca privada que acelere el proceso de apertura de líneas de financiamiento para inversiones. “Nosotros creemos que es necesario que vuelva ese financiamiento, como dijo Pagani, y para eso es fundamental que el discurso que en privado muchas veces yo recibo de dirigentes de bancos y de grupos financieros argentinos, se implementen definitivamente en el país”, señaló.
Segundos después, se metió de lleno en la puja que el Gobierno lleva adelante con los organismos internacionales por la deuda en default. “Buscamos un proceso de reestructuración que nos permita volver a ingresar al mercado de capitales, pero no podemos entrar de cualquier manera”, aseguró. “Necesitamos un acuerdo que nos dé la tranquilidad necesaria y la posibilidad de construir un horizonte estratégico, porque si no es definitivamente imposible construir los andariveles de un país que tenga racionalidad, previsibilidad, equidad y Justicia”, reforzó, sin modificar ni un instante el tono pausado de su discurso.
En esa línea, el mandatario destacó que los números del Gobierno arrojarán un ahorro fiscal “superior al cuatro por ciento y esto nos va a permitir invertir en obras públicas que son importantes para el desarrollo del país”. De este modo sepultó las expectativas de los acreedores respecto del destino de ese excedente.
Kirchner habló frente a más de 200 empresarios invitados a la apertura de esta nueva planta de Converflex, la fábrica de envases flexibles del Grupo Arcor, que demandó una inversión inicial de seis millones de dólares. Entre ellos estuvo el presidente de la Unión Industrial Argentina, Alberto Alvarez Gaiani. Para el lanzamiento, la empresa dispuso una carpa gigante, reflectores, pantallas laterales, promotoras y catering abundante.
Pero Kirchner, a diferencia de los hombres de negocios, no disfrutó del agasajo, ya que apenas llegó al predio ubicado en Luján inició un recorrido por las nuevas instalaciones, guiado por Pagani, quien además de presidente de Arcor es el titular de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Detrás de ellos caminaban varios integrantes del gabinete nacional, entre ellos el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y de Trabajo, Carlos Tomada. Pero la presencia del titular de Economía, Roberto Lavagna –algo poco usual en las visitas presidenciales–, despertó algunas interpretaciones políticas, en medio de la disputa que el jefe de Hacienda mantiene con su par de Planificación, Julio De Vido.
Junto a los hombres del Ejecutivo estuvieron además el gobernador bonaerense, Felipe Solá, y el intendente justicialista Miguel Angel Prince, quien comanda el municipio desde hace años. Todos ellos escoltados por los jóvenes operarios de la planta, que lucían impecables chombas blancas.
Una vez sobre el escenario montado para la ocasión, llegó la hora de las definiciones. Y antes de arremeter en el tema de la deuda, Kirchner abrió con un párrafo destinado hacia el empresariado local en momentos en que el Gobierno analiza la posibilidad de aplicar una rebaja al IVA. “Es fundamental que cada decisión que se tome para fortalecer el consumo nos permita tener la respuesta adecuada del sector privado, para que esas medidas puedan llegar al conjunto de la sociedad”, señaló el Presidente, dejando en claro el deseo oficial de que esa eventual reducción sea trasladada a los precios. En medio de los empujones de la recorrida por las instalaciones, Lavagna reafirmó que el Palacio de Hacienda estudia una baja de esa alícuota sobre productos de la canasta básica. Pero aclaró: “He dicho que vamos a tomarnos 30 días”.

Informe: Alfredo Ves Losada

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Kirchner recorrió la planta junto al titular del Grupo Arcor y dialogó con los operarios.
 
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