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Sigue la batalla por el asado y el litro de leche

Las rebajas anunciadas no llegan a las carnicerías, que abastecen el 60 por ciento del consumo. Agricultura buscará un nuevo acuerdo. Ya comenzó la pulseada con las empresas lácteas, que descartan la posibilidad de ofrecer la leche a un peso.

 Por Maximiliano Montenegro

Los funcionarios de la Secretaría de Agricultura volverán a sentarse el lunes con todos los representantes del sector de la carne, porque el acuerdo firmado esta semana sólo garantiza una rebaja en cinco cortes en las góndolas de los supermercados. Así, según admitían en Gobierno, a los efectos prácticos por ahora quedaron al margen de los descuentos las carnicerías, que abastecen el 60 por ciento del consumo de carnes rojas en el país. Ese mismo día en Agricultura también se buscará cerrar un acuerdo para abaratar “por lo menos un 4 por ciento” el precio de los lácteos. Uno de los objetivos de máxima del elenco oficial era garantizar el suministro de un sachet de leche a menos de 1 peso. Pero ayer Pascual Mastellone, titular de La Serenísima, descartó esa posibilidad: “No dan los costos”, se atajó el empresario, y dijo que el menor valor al que se puede ofrecer al público un litro de leche de segunda marca es 1,20.
El martes pasado, el secretario de Agricultura, Miguel Campos, anunció un acuerdo con los representantes del sector cárnico (productores, frigoríficos y supermercados) para bajar en un 10 por ciento el precio de cinco cortes populares (asado, carnaza, carne picada, bife ancho y paleta), que no tienen absolutamente ninguna vinculación con la exportación. De los relevamientos que efectuó Defensa del Consumidor en los días subsiguientes quedó en claro que las rebajas sólo serían efectivas en los supermercados, pero no en las carnicerías.
Las grandes cadenas de supermercados –que aceptaron “cooperar” de manera integral con la estrategia oficial para contener la inflación– tienen lomo para absorber los descuentos, aun si no hubiera bajas en Liniers o de parte de los frigoríficos. Algunas de ellas (como Coto y Carrefour) faenan y elaboran lo que después venden en sus góndolas y otras tienen acuerdos muy favorables con frigoríficos asociados. Aun si perdieran algo de margen en esos cinco cortes (que acaparan el 35 por ciento del consumo), lo compensarían con el resto de sus ventas. Distinta es la situación de las carnicerías, que compran la media res a un precio que no varió. Dado que las carnicerías abastecen el 60 por ciento del consumo de carnes, Agricultura intentará en las próximas horas resolver el problema.
“El lunes, la industria presentará una propuesta para acordar un mecanismo que permita por lo menos una baja en los precios de los lácteos, que incluye leche fluida y los quesos blandos, productos sensibles de la canasta básica de alimentos.”
La aspiración de Defensa del Consumidor es presionar para que un producto tan esencial como la leche pueda conseguirse en las góndolas a un precio inferior a 1 peso el sachet de litro. Ayer, Pascual Mastellone, dueño de La Serenísima, descartó esa posibilidad. En declaraciones a Radio del Plata dijo que el valor mínimo para una segunda marca podría estar entre “1,20 o 1,30”, porque “no dan los costos”.
Página/12 informó, identificando marcas, que las empresas líderes del sector ajustaron, en los últimos dos meses, entre el 10 y 15 por ciento los precios de sus productos de mayor circulación.
“Lógicamente la gente no tiene que comprar un Rolls Royce”, contestó Mastellone al justificar que el precio de una leche de primera marca de su empresa es de 1,45 peso, pero aclaró que la segunda marca “se puede consumir perfectamente”.
En cuanto a los pollos, los supermercados se comprometieron a ofrecer un precio de 3,80 pesos el kilo, pero, en realidad, en esas bocas de expendio siempre se vendió más caro. En las carnicerías, aun antes del acuerdo, se podía conseguir a 3,70, y en las “pollerías” de los barrios, que venden directo de las granjas, se llega a conseguir a 3,30 o 3,40.
Por otra parte, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, volvió a descartar la posibilidad de aplicar controles de precios, pero confirmó que, como anticipó este diario, el Gobierno “señalará”, a través de Defensa del Consumidor, a las empresas que aumenten sus precios.

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La rebaja llegó a los supermercados pero no a las carnicerías.
 
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