ECONOMíA › LA CTA ALERTA SOBRE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO

“Crecer no reduce la desigualdad”

 Por Claudio Zlotnik

Desde que empezó a salir del pozo, la economía ya logró una expansión record del 31,5 por ciento. Los trabajadores, sin embargo, obtienen mucho menos de lo que recibían por el reparto de la torta antes de la devaluación. Por entonces conseguían el 25,4 por ciento del Producto Bruto, mientras que en la actualidad acceden a tan sólo el 19,8 por ciento. Equivale a una degradación del 22 por ciento en la distribución del ingreso.
La regresión quedó expuesta en un informe del Instituto de Estudios de la CTA. El trabajo de los economistas Ana Rameri y Tomás Raffo se realizó en base a datos de fuentes oficiales: la Anses y la Encuesta Permanente de Hogares del Indec. De ahí surgió que los ingresos de los trabajadores, tanto los que están en blanco como los que se encuentran en la informalidad, vienen cayendo en los últimos años como porcentaje del PIB.
En octubre de 2001, justo antes de la explosión de la convertibilidad, cuando la crisis ya era profunda, la relación ingresos/PIB era del 25,4 por ciento; cayó nada menos que siete puntos, al 18,3, un año más tarde para luego recuperarse al 21,5 por ciento en 2003. Tanto en 2004 como este año se registraron nuevos retrocesos: primero bajó al 20,9 por ciento y ahora se sitúa en el ya mencionado 19,8 por ciento.
“La conclusión es que el crecimiento de la economía no reduce la desigualdad social. Todo lo contrario, el modelo actual la está profundizando: cada vez ganan más los dueños de empresas y menos los trabajadores”, apuntó a Página/12 Tomás Raffo.
El informe también da cuenta de los factores que afianzan el actual modelo distributivo: la alta concentración económica, el elevado nivel de desempleo y subempleo, la informalidad laboral (que afecta a casi la mitad de los asalariados) y la débil organización sindical. Sobre este último punto se resaltan dos datos: existen 2000 organizaciones gremiales sin personería y 7000 procesamientos judiciales derivados de la conflictividad social.
Raffo también destacó la desigualdad entre los propios trabajadores. No es lo mismo ser un empleado “en blanco”, cuyo salario real ya pudo recuperar lo perdido durante la devaluación, y el resto. Los “informales” acumulan un retraso del orden del 25 por ciento, mientras que a mitad de camino se encuentran los empleados públicos.
Otro dato revelador sobre la actual situación social fue el aportado por Claudio Lozano, coordinador de los técnicos de la CTA. “Los nuevos empleados formales entran con un ingreso medio de alrededor de 700 pesos contra los 900 pesos del promedio de sus colegas”, señaló a este diario.
Esta realidad se reflejó en el informe: la masa de los nuevos ingresos salariales viene siendo cada vez menor en los últimos años en relación a la creación de riqueza. Por ejemplo: en el último año, el crecimiento de la masa salarial fue de 10.784 millones de dólares, un 13,4 por ciento del crecimiento del PIB en ese período (80.473 millones). En el año precedente esa relación había sido del 17,8 por ciento. Como puede apreciarse, el crecimiento no alcanza para mejorar la situación social. Por más fuerte que éste sea.

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