ECONOMíA › ENRIQUE PESCARMONA, TITULAR DE IDEA

“El Presidente tiene razón en hacer lo que hace”

Estuvo en el medio del enfrentamiento de esta semana y defendió a Alfredo Coto, pero entiende la actitud de Kirchner. La culpa, dice, fue de los periodistas... Dice que la disputa “es historia”, pero sigue peleando el tema salarios.

Por Cledis Candelaresi
Desde Mar del Plata


Enrique Pescarmona puede considerarse un exponente del empresariado local con buena relación con el Gobierno. Pero no por esa empatía, el actual titular de Idea –Instituto del Desarrollo Empresarial de la Argentina– dejó de solidarizarse con Alfredo Coto, en las últimas horas blanco de las críticas de Néstor Kirchner, aunque aclaró que “el Presidente se enoja con razón”. Casi en la medianoche del jueves, al término de una cena del coloquio marplatense huérfana de oradores después de que Felipe Solá declinara el convite, aclaró que el supermercadista nunca había hablado de una inflación del 12 por ciento y pidió un aplauso en su apoyo. Marca lo que entiende como “errores del periodismo” y explica las razones de su optimismo frente al momento económico.
–Fue notoria la defensa de Alfredo Coto que hizo el jueves a la noche.
–Lo que pasa es que Coto se atuvo a lo que prometió: que no hablaría con los periodistas hasta el viernes. Y un periódico importante le puso en su boca palabras que no ha dicho. Eso trajo las iras de nuestro presidente, que se enoja con razón.
–¿Por qué con razón?
–Porque nadie puede hablar de una inflación que aún no se produjo. Se puede estimar pero no sentenciar. Eso hace que Coto soporte una pateadura sin razón. Todo lo contrario de Horst Paulmann, porque él sí habló de cuestiones controvertidas. Mi obligación como presidente de IIdea es decir la verdad. Si algún periodista se equivoca, hay que aclararlo.
–¿Pero fue un error del periodista o una interpretación equivocada del Presidente?
–No. Fue un error del periodista.
–Pero Kirchner cuestionó a Paulmann porque se anticipó a un fallo de la Justicia y él sostuvo que sólo dijo que esperaba que hubiera un fallo a favor de la compra de Disco en los primeros meses del 2006.
–Pero eso no fue lo que se dijo. Ahí también se equivocaron los periodistas. También intentaron hacerme decir a mí qué diría Roberto Lavagna antes de que viniera. Como si yo fuese médium.
–¿La visita de Lavagna a Idea no puede interpretarse como una diferenciación de los criterios que sustenta el Presidente?
–En absoluto. La disputa (con los supermercados) ya terminó. Ahora es historia. Ahora hay que ver cómo sigue creciendo la economía y cómo invertimos más.
–Usted es bastante optimista en este sentido.
–Yo soy optimista porque veo que la economía está creciendo. Y cuando una economía crece es evidente que es mucho más fácil invertir. Resulta más difícil cuando no hay crecimiento. Cuatro años de crecimiento seguidos al 5 por ciento no se dio en los últimos cien años. ¿Y por qué se da?... Porque está el ancla fiscal.
–¿Y por qué en un momento de bonanza economía se genera tanta tensión entre el poder político y el económico?
–Porque esta economía aún no está totalmente repuesta: pasó de terapia intensiva a intermedia y ahora está convaleciente, según demuestran los indicadores. Cuando una economía tiene el 40 por ciento de pobreza y un 15 por ciento de desocupación es porque no está bien.
–¿Pero eso explica las tensiones con los empresarios?
–Las tensiones se explican porque aún nos falta un largo camino por recorrer. El Presidente tiene un desafío difícil como bajar la pobreza. Y para nosotros, los empresarios, también es complicado seguir generando puestos de trabajo y adaptarnos a la competitividad mundial. Para Kirchner es más difícil que para nosotros, pero la está haciendo bien. Creo que el conflicto es más que nada un error de interpretación.
–Quizás usted es optimista porque le está yendo bien...
–Me va bien porque el Gobierno me ha ayudado en Venezuela. Pero también por las circunstancias mundiales. Con el petróleo a 60 dólares para empresas que hacemos energía renovable (eólica) es lógico que nos vaya bien. Si a eso le agregamos nuevos productos que estamos desarrollando, con más razón. Nosotros acabamos de tomar a cien chicos jóvenes, que es una inversión grande. Y el año que viene tomaremos otros cien.
–¿Cien chicos jóvenes le parece una inversión muy grande?
–Sí y le explico por qué. Para que ese chico me sirva lo tengo que entrenar entre tres y diez años. En ese tiempo esos salarios no nos sirven de nada. Además invertimos en máquinas, software y hardware nuevos. En este producto de investigación y desarrollos estamos invirtiendo 40 millones de pesos por año. Yo soy uno de los que contesta las encuestas diciendo que voy a aumentar la inversión “significativamente”.
–¿Entonces no hay un problema de falta de seguridad jurídica que desaliente las inversiones, como dicen algunos empresarios?
–Yo creo que en cualquier país que se va a los caños, como ocurrió con la Argentina, se pierde la seguridad jurídica porque cambian las reglas de juego. Le pasó a Estados Unidos en el año 1930: debía oro y pasó a deber dólares, y devaluó su moneda. Desalentó las inversiones por algunos años, pero después salió adelante.
–Usted sostiene la idea de que hay que otorgar aumentos de salarios por productividad.
–No es una idea. Es una verdad incontrastable. Si no se respeta ese criterio, el aumento lo terminan pagando otros por la vía de mayor inflación. Alguien pierde.
–¿No le preocupa decir esto cuando en junio usted y Coto lo dijeron y el Presidente los cuestionó públicamente?
–No. El Presidente tiene razón en hacer lo que hace. El tiene que hacerlo así. Pero acá hay varias situaciones diferentes. La de los gremios fuertes, que exigen más y suelen ganar a costa del resto de la Argentina; la de algunos menos fuertes; la de trabajadores de empresas a las que no les pueden pedir nada porque no lo pueden pagar y la de los trabajadores en negro.
–¿Usted dice que “está bien” que el Presidente los cuestione porque ustedes opinan que los ajustes de salarios deben respetar la productividad y no seguir otro parámetro aunque eso mismo lo opine el propio ministro de Economía?
–El Presidente es el presiden-te y por eso puede hacer lo que quiera.

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