EL MUNDO › EL ENCUENTRO DE LOS PRESIDENTES DE BRASIL Y URUGUAY ESTUVO MARCADO POR LA ECONOMíA

Lula y Tabaré contra el proteccionismo

“Quien crea que se salvará con proteccionismo va a acabar hundiendo a su economía en el mediano plazo”, advirtió el mandatario brasileño, pero su asesor descartó que hayan tratado las barreras no arancelarias de Argentina.

Luiz Inácio Lula da Silva y Tabaré Vázquez se despidieron sin demasiada emoción. A nueve meses de terminar su mandato, el presidente uruguayo se reunió con su par en Brasilia, en un encuentro dominado por las expresiones de deseo. Los dos líderes analizaron la crisis económica internacional e hicieron un llamado a favor del libre comercio. “Quien crea que se salvará con proteccionismo va a acabar hundiendo a su economía en el mediano plazo”, advirtió Lula en la conferencia de prensa posterior a la reunión. Horas después, el principal asesor de política exterior del mandatario brasileño, Marco Aurelio García, aseguró que la frase no estuvo dirigida a la Argentina, aunque luego agregó: “El proteccionismo no ayudará a nadie”.

Para blindarse de la crisis, el gobierno argentino reestableció valores de criterios para las importaciones de productos y complejizó el proceso para otorgar licencias para importar. Aunque García descartó que las barreras no arancelarias de Argentina hayan sido uno de los temas de la agenda del encuentro presidencial, fuentes que participaron de la visita dejaron saber que Vázquez le había comunicado su malestar a Lula por esas medidas. En febrero pasado, las exportaciones de Uruguay bajaron en más de un 20 por ciento, según cifras de ese gobierno. En general se contrajo el comercio con todos los miembros del Mercosur; sin embargo, mientras las ventas a Brasil cayeron un 1,9 por ciento, las dirigidas a Argentina se derrumbaron un 18,9 por ciento.

Lula también se mostró preocupado por la disminución del comercio intra-bloque. Mientras el mandatario reclamaba “más y más comercio”, su Ministerio de Hacienda anunciaba que el PBI nacional había caído 3,6 por ciento en el último trimestre del año pasado. Una de las soluciones que planteó el anfitrión fue avanzar en el uso de monedas nacionales para las transacciones comerciales, una medida que Brasil y Argentina pusieron en práctica a fines del año pasado.

Mientras Lula intentó mantener la discusión dentro de los temas regionales, su par uruguayo presionó, sin demasiado éxito, para conseguir algunas definiciones en el plano bilateral. El resultado más concreto de la reunión fue el compromiso de arrancar las obras para construir una nueva central hidroeléctrica, que permita abastecer un tendido eléctrico desde la ciudad de Candiota, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, y San Carlos, en Uruguay.

Lula también prometió avanzar en el proyecto de construcción de un segundo puente sobre el río Jaguarao, para afianzar la integración física entre los dos países. Aunque Tabaré no consiguió la firma de su par brasileño en otros proyectos de inversión, sí se llevó su palabra de que en los próximos meses el estatal Banco de Desarrollo Económico y Social (Bndes) abrirá una oficina en Montevideo. El gigante financiero, como Petrobrás, es una de las puntas de lanza de la política de integración regional de Brasil.

Más allá de la reunión de dos horas en el Palacio de Planalto a la mañana, la tercera visita oficial de Tabaré en Brasilia pasó sin pena ni gloria. Después del encuentro a puertas cerradas, se sumaron los ministros brasileños de Economía, Guido Mantega, de Energía, Edison Lobao, el canciller Celso Amorim y Marco Aurelio García para un almuerzo en el Palacio de Itamaraty, la sede de la Cancillería. A Vázquez lo acompañaban el canciller Gonzalo Fernández y los ministros de Economía, Alvaro García, y de Industria, Daniel Martínez.

El almuerzo en Itamaraty fue otro ejemplo de la distancia entre los dos dirigentes sudamericanos. Desde hace dos años, Lula y Vázquez, que inicialmente mantenían una relación muy estrecha y amigable, marcaron sus diferencias. Vázquez, de la mano de Danilo Astori, su ex ministro de Economía y hoy posible sucesor, impulsó un acercamiento comercial y político hacia Estados Unidos, a contramano del resto del Mercosur. Montevideo no consiguió consenso para un Tratado de Libre Comercio, pero sí firmó un Acuerdo Marco de Comercio e Inversión con la superpotencia.

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Lula da Silva y su par uruguayo Tabaré Vázquez (der.) conversan en el Palacio Planalto.
Imagen: AFP
 
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