EL MUNDO › LAS POTENCIAS DE LA REGION ESTUDIAN SANCIONES PARA EL REGIMEN DE COREA DEL NORTE

Alarma mundial por el test nuclear

Mientras Estados Unidos advertía ayer que no tolerará que Pyongyang desarrolle armas nucleares y Japón y Corea del Sur exigen duras medidas en las ONU, China y Rusia llaman al diálogo y Corea del Norte amenaza con una respuesta militar.

El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Robert Gates, anunció ayer que su país responderá si las ambiciones nucleares de Corea del Norte suponen una amenaza para su país o sus aliados. Al mismo tiempo, diversos representantes de las potencias asiáticas llamaron al diálogo para superar la crisis que disparó el ensayo nuclear norcoreano del lunes pasado.

“No nos quedaremos parados mientras Pyongyang desarrolla su capacidad para sembrar la destrucción en esos países”, señaló Gates en el discurso que pronunció en la conferencia asiática de seguridad, que ayer centró los debates de los ministros de Defensa y que concluirá mañana en Singapur.

El jefe del Pentágono no detalló cómo sería la respuesta e insistió en que Estados Unidos no contempla en estos momentos aumentar sus fuerzas en Corea del Sur o Japón, aunque subrayó: “Nunca aceptaremos a Corea del Norte como un Estado con armas nucleares”.

Washington también se opondrá a que Pyongyang transfiera tecnología de su programa atómico a otras naciones o individuos como grupos terroristas, y si lo hace, “asumirá plenamente las consecuencias de sus actos”, aseveró Gates. El secretario de Defensa estadounidense indicó que el programa atómico de Corea del Norte todavía no supone una amenaza militar directa para Estados Unidos o sus aliados, pero acusó al régimen norcoreano de impulsar una carrera armamentista en Asia Oriental.

“Si siguen por ese camino, las consecuencias para la estabilidad de la región serán significativas”, vaticinó Gates. El funcionario del gobierno que dirige Barack Obama comparó a Corea del Norte con Irán, aunque estimó que el programa nuclear del primero está más avanzado, y pidió “sanciones duras” para que ambos países acaten las normas internacionales.

De esta manera, Gates invitó al régimen norcoreano a decidir si quiere “seguir siendo un paria internacional o trazar un nuevo camino” que lo aleje del aislamiento. “El mundo está esperando”, subrayó el responsable de la cartera de Defensa en Estados Unidos.

El secretario señaló que tras la elección de Obama, en enero, la política de Estados Unidos hacia Corea del Norte no cambió. “Nuestro objetivo es garantizar la desnuclearización de la península de Corea”, dijo.

Por su parte China, otrora el mayor defensor de Corea del Norte y por lo general opuesta a sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, defendió la desnuclearización de la península coreana e instó a todas las partes a mantener la calma para cumplir ese objetivo.

El teniente general Ma Xiaotian, segundo jefe del Estado Mayor del Ejército de Liberación Popular chino, matizó que su país rechaza cualquier tipo de proliferación nuclear. “La península coreana debe avanzar hacia la desnuclearización y esperamos que todas las partes interesadas mantengan la cabeza fría y respondan de forma mesurada frente al problema”, señaló Ma Xiaotian.

Mientras tanto, desde el Kremlin, el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, emitió un comunicado informando que se había comunicado con su par japonés para coordinar una respuesta al ensayo nuclear norcoreano. “Las partes han sido unánimes en la necesidad de reaccionar de la manera más seria a esas acciones, que representan un desafío al sistema de seguridad internacional”, dice el documento.

Por su parte, las dos naciones que más temen que el régimen de Kim Jong Il adquiera una bomba atómica, Corea del Sur y Japón, instaron a la ONU, en el marco de la conferencia de seguridad de Singapur, a castigar a Pyongyang, pero sin pronunciar la palabra “sanción”. Seúl y Tokio acordaron a principios de semana responder de esa forma coordinada al último ensayo nuclear norcoreano.

El ministro de Defensa surcoreano, Lee Sanghee, apostó por resolver el problema de manera pacífica en el marco de las conversaciones a seis bandas junto a su vecino del norte, China, Japón, Estados Unidos y Rusia, pero dejó claro que la provocación de Corea del Norte no debe quedar impune.

Su colega nipón, Yasukazu Hamada, calificó la prueba nuclear de grave amenaza y dijo que el ensayo había violado expresamente la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, que prohíbe estas actividades en la península coreana. Sin embargo, el ministro nipón descartó una respuesta unilateral de su país. “Dijimos que Corea del Norte representa una amenaza por lo que ocurrió en el pasado pero, a menos que otros países actúen, nunca iniciaremos una acción” militar, dijo Hamada.

Desde que anunció el lunes que había efectuado con éxito su segundo ensayo nuclear, Pyongyang continuó desafiando a la comunidad internacional con pruebas de misiles balísticos. Tras el primer ensayo nuclear, en el 2006, que también había sido condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU, Corea del Sur reveló ayer que tiene imágenes de satélite de un tren de carga del país vecino que transporta lo que podría ser un misil intercontinental desde las cercanías de la capital norcoreana, y que el proyectil podría estar listo para ser disparado en dos semanas.

Los debates en la ONU sobre una resolución del Consejo de Seguridad que sancione a Corea del Norte por su ensayo nuclear prosiguieron el viernes, pese a las amenazas de Pyongyang de tomar medidas de “legítima defensa”.

La crisis es de tal magnitud que se cree que el próximo martes, en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU impondrá una serie de nuevas sanciones, mucho más duras que las aplicadas en 2006 tras el último ensayo atómico norcoreano. En aquella oportunidad, las sanciones de la ONU fueron ignoradas y no aplicadas contra el gobierno de Kim Jong Il.

La posición de las autoridades de Corea del Norte es que tomarán cualquier sanción como una violación del armisticio en vigor desde 1953 en la península coreana, documento en el que Naciones Unidas aparece como parte beligerante.

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Mientras Seúl refuerza sus defensas en la frontera norte, Washington advierte que no tolerará armas nucleares en manos de Pyongyang.
Imagen: AFP
 
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