EL MUNDO › EN MEDIO DE LOS ENFRENTAMIENTOS EN COSTA DE MARFIL, EL ASEDIADO PRESIDENTE NEGó QUE NEGOCIE SU SALIDA

Ouattara dice que ganó y Gbagbo lo niega

Francia y la ONU, que apoyan al opositor Alassane Ouattara con fuerzas militares, aseguraron que la rendición del mandatario marfileño era inminente. El enfrentamiento entre ambos bandos ya dejó un millón de desplazados.

Los dichos y desmentidas entre las versiones que maneja quien aún se reconoce como presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, y la comunidad internacional, representada por Francia y las Naciones Unidas, que proclaman nuevo mandatario al ex primer ministro Alassane Ouattara, no cesan. Ambos bandos reconocieron que iniciaron un diálogo, pero Francia y los suyos aseguraron que lo que estaba en negociación era el abandono de Gbagbo de la presidencia, declaraciones que el líder desmintió posteriormente en una entrevista. “Sólo debatimos sobre el alto el fuego”, expresó al canal francés LCI. Mientras, decenas de cuerpos yacían sin vida desparramados por las calles de Abidjan; pandillas de hombres armados deambulaban por la ciudad y los médicos deslizaban que aún era demasiado peligroso salir a los caminos para responder los pedidos de ayuda.

La crisis que divide al país lleva más de diez años. Cuando Gbagbo ganó la presidencia, en octubre de 2000, el primer proceso electoral abierto que se llevó a cabo en la historia del país, Ouattara se convirtió en su eterno opositor. Incluso apoyó una revuelta que en 2002 intentó tomar el poder por la fuerza y que devino en guerra civil. La última elección presidencial, en noviembre pasado, atizó el fuego de los enfrentamientos en las calles, entre las milicias de Ouattara, considerado por el Consejo Electoral Independiente –un organismo conformado expresamente para esos comicios–, Francia, Estados Unidos y la ONU como ganador, y las de Gbagbo, quien para el Comité Electoral Constitucional logró la reelección. Desde entonces, el enfrentamiento entre los dos bandos desplazó a casi un millón de habitantes de sus hogares y se cobró la vida de al menos 1300 personas, según fuentes extraoficiales. El recuento de la ONU reduce esa cifra a 330.

Según la visión de los medios de comunicación occidentales, el obstinado Gbagbo estaba ayer a un paso de la rendición. El periódico británico The Independent citó al ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé: “Estamos a punto de convencerlo para que deje el poder”. En ese sentido, el medio aseguró que los abogados franceses que representan al mandatario estaban diseñando los términos del retiro, que incluía un controversial paquete de estancia en un lujoso hotel en la costa de Ghana para el dirigente de 65 años y su esposa, vocera del mandatario.

Antes de intervenir en cielo libio, Francia, antigua metrópoli de la Costa de Marfil colonial, había desembarcado numerosos efectivos en el suelo marfileño. El gobierno del francés Nicolas Sarkozy, no obstante, justificó su intromisión en el conflicto de su antigua colonia con un supuesto pedido del secretario de la ONU, Ban Ki-moon, de que así lo hiciera. Durante la tarde de ayer, Hamadoun Toure, un vocero del organismo internacional, consideró ante la prensa que “todo hace creer que el final está cerca” y añadió: “Los asesores de Gbagbo lo están abandonando. Está solo ahora, escondido en su bunker junto a un puñado de seguidores y su familia. ¿Renunciará? No lo sabemos”.

Horas después de que se difundiera el inicio de las negociaciones, Gbagbo negó su inminente renuncia: “Yo gané las elecciones, no estoy negociando mi salida (...) Ouattara no ganó”, aseguró Gbagbo en una entrevista telefónica con la cadena francesa LCI. En ese diálogo, el mandatario negó negociaciones en el terreno político, pero confirmó que el ejército está negociando un alto el fuego con las fuerzas leales a Ouattara. Además, criticó duramente la intervención francesa, país al que acusó de destruir los depósitos marfileños de municiones y de bombardear el palacio presidencial. “No entiendo cómo un litigio electoral pudo entrañar una intervención directa del ejército francés. Es alucinante que la vida de un país se dirima en una jugada de poker de capitales extranjeros.”

A principios de marzo, la Unión Africana se ofreció como mediadora en el conflicto entre los bandos de Gbagbo y Ouattara, pero abandonó su intención luego de que tropas del ejército rebelde, autoproclamado Fuerzas Nuevas de Costa de Marfil, fieles al ex primer ministro y cuya base se encuentra en el norte del país, contraatacaran al sur, que responden al actual presidente. The Independent confió que Ouattara declaró que esos ataques eran necesarios para asegurar que los resultados de las elecciones se cumplieran.

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Fuerzas leales a Ouattara se preparaban para un asalto final, según fuentes francesas.
Imagen: EFE
 
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