EL MUNDO › MLADIC DECLARó EN LA HAYA QUE NO COMETIó CRíMENES

El carnicero de Srebrenica

El desafiante ex comandante serbiobosnio dijo que los cargos contra él –que es responsable de la masacre de casi 8000 chicos y hombres en Srebrenica en 1995– eran “detestables” y “monstruosos”. No se declaró ni culpable ni inocente.

 Por Vesna Peric Zimonjic *

Desde La Haya

El cabello está más canoso y ralo, su contorno más ancho, y tras sufrir un ataque cerebral después de 16 años prófugo, se mueve con mucha menos facilidad, pero Ratko Mladic, que apareció ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia ayer, no perdió nada de su antigua agresión.

El desafiante ex comandante serbiobosnio dijo que los cargos contra él –que es responsable de la masacre de casi 8000 chicos y hombres en Srebrenica en 1995– eran “detestables” y “monstruosos”. Dijo que no quería “oír una sola palabra o frase” de la acusación de 37 páginas donde se lo denuncia por los peores crímenes de guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Mientras el ex general trataba de dar rienda suelta a su indignación por la acusación en la Corte de La Haya, el juez que la presidía, Alphons Orie, atentamente lo soslayó y leyó una versión más corta. Mladic dijo que no se había ocupado en leer nada de ella. Su abogado, nombrado por la corte, repitió que su cliente estaba sufriendo de un cáncer terminal.

Al final, declaró que la lista de cargos comprendía “palabras monstruosas” y afirmó no saber nada sobre los hechos descriptos por el juez, “y tampoco los puedo entender –añadió–. Yo no maté a musulmanes ni a croatas, sino que hice mi trabajo. Defendí a mi pueblo, a mi país, no a Ratko Mladic. Ahora me estoy defendiendo a mí mismo. Sólo tengo que decir que quiero vivir para ver que soy un hombre libre.”

Después de que Mladic se negara a declararse culpable o inocente, el juez Orie estableció el 4 de julio como la próxima fecha para comparecer ante la corte. Esto le dará a Mladic más tiempo para estudiar la acusación y las circunstancias que rodean su juicio. Si se niega a declararse culpable o inocente el mes que viene, la Corte presentará una declaración de inocente en su nombre. “Necesito más de un mes para comprender los cargos –dijo Mladic–. Sean pacientes conmigo, soy un hombre muy enfermo.”

La paciencia era escasa para el hombre que llaman “el carnicero de los Balcanes” en el centro de conferencias con vidrios a prueba de balas, que linda con la sala de la corte y ha sido acondicionado como una galería pública. Estaba lleno ayer con los medios internacionales y las familias de las supuestas víctimas de Mladic. Muchos comentaban su apariencia cambiada y expresaban preocupación de que, si la declaración de su abogado sobre su salud es cierta, no pueda vivir lo suficiente para enfrentar a la Justicia. Algunos le gritaban insultos: “Monstruo, carnicero”, gritaba Bakira Hasecic, que encabeza una organización para mujeres violadas durante el conflicto.

Vestido con un traje gris y una camisa al tono, una corbata negra y dorada y un gorro que tenía reminiscencias de su infame uniforme en el campo de batalla, Mladic fue entrado a la Corte poco después de las 10. Estaba flanqueado por dos guardias que lo acompañaron a su asiento. Sólo ahí Mladic se sacó su gorro, exponiendo su cabeza calva.

Los guardias de la ONU lo ayudaron a ponerse de pie cuando los jueces entraron en la sala, y él los saludó con su mano izquierda. Con aparentes problemas para mover su brazo derecho, un guardia tuvo que ayudarlo a ponerse los auriculares para escuchar la traducción serbia. Su discurso era lento y levemente arrastrado. “No quiero que me ayuden a caminar como si fuera algún ciego lisiado. Si necesito ayuda, la pediré”, dijo bruscamente.

Cuando le pidieron que confirmara su nombre y fecha de nacimiento, el acusado dijo: “Soy el general Ratko Mladic” pero la fecha de nacimiento que dio no coincidía con la fecha en la acusación. Mladic ofreció un feriado serbio ortodoxo en 1943. La Corte insiste en que es una fecha distinta, un año más tarde.

“Soy el general Mladic y el mundo entero sabe quién soy”, declaró al final de la audiencia, que duró una hora y 40 minutos. Repetidamente se refirió a sí mismo como “general”, mientras que la corte se dirigía a él como “Sr. Mladic”. En varias ocasiones miró hacia la galería del público, probablemente tratando de saber quién era el público. Durante un momento pareció estar saludando a alguien, y el temor corrió a través de las familias de aquellos asesinados en la masacre de Srebrenica.

“Este es un gran día para nosotros”, dijo Kada Hotic, de 69 años, después de que abandonó la Corte. Hotec perdió a su hijo, su marido y dos hermanos en Srebrenica. “Espero que la Corte vea lo serio que es su crimen y lo juzgue en nombre de la justicia y las víctimas.” Un hombre enojado estaba parado afuera de la Corte con una bandera que decía “Mladic, carnicero de Srebrenica”, mientras las madres y las viudas de Srebrenica hablaban con los periodistas. Otros llevaban fotos de Mladic con la palabra “asesino” estampada sobre ellas.

Munira Subasic, la jefa de las Madres de la Asociación de Srebrenica, dijo que tenía sensaciones mezcladas sobre la aparición de Mladic. Ella perdió a su hijo y a su marido en Srebrenica. “Estoy feliz de estar acá para ver, otra vez, los ojos sangrientos del criminal que asesinó a nuestros niños en 1995 –dijo–. Y estoy triste porque muchas madres no vivieron para verlo.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Varios televidentes siguen el juicio a Mladic en un café en el centro de Belgrado.
Imagen: EFE
 
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