EL MUNDO › ASUME UN PRIMER MINISTRO DE LA TRANSICIóN

Libia después de Khadafi

Mientras el Consejo Nacional de Transición nombraba a Abdel Rahim al Keeb para conducir el país, el secretario general de la OTAN decía que ponía fin a la misión.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, llegó a Trípoli en una visita sorpresa, tres días después de que esa organización confirmara el fin de la operación Protector Unificado. Tras siete meses de bombardeos contra las fuerzas khadafistas, que permitieron el avance de los insurgentes, el Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia nombró ayer a un nuevo primer ministro interino para conducir al país norafricano. El ingeniero Abdel Rahim al Keeb cosechó 26 votos en el Consejo de 51 miembros para encabezar el nuevo gobierno, señaló un portavoz gubernamental, y agregó que el gabinete se designará en los próximos días. Al Keeb reemplaza a Mahmud Yibril, quien había anunciado que abandonaría su cargo luego de que Libia fuera liberada. El Consejo tiene la misión de traspasar finalmente el poder a una asamblea elegida dentro de ocho meses, después de lo cual se redactará una nueva Constitución.

“Es bonito estar aquí en Libia, en la Libia libre”, dijo Rasmussen durante una conferencia de prensa donde se mostró con el hasta ayer presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdul Yalil. “Libia es finalmente libre. Su coraje, determinación y sacrificio transformaron este país y ayudaron a cambiar la región”, agregó. Ante la consulta de los periodistas libios sobre si la OTAN tiene intenciones de crear bases militares en el país, Rasmussen respondió: “No tenemos ningún tipo de intención de hacer algo así”. Y consideró que los libios debían tomar las riendas de su propio destino. En cuanto a la situación en Siria, explicó que la alianza atlántica no tiene planes de intervenir militarmente en el país árabe. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó la finalización de la misión de la OTAN tras la muerte de Khadafi. Rasmussen llamó a monitorear y destruir las armas en el país. Por su parte, Naciones Unidas instó al gobierno de transición en Libia a que requise y destruya las armas que fueron repartidas en tiempos de Khadafi, a través de una resolución aprobada ayer en Nueva York por los 15 miembros del Consejo de Seguridad. Asimismo, todos los países de la región deben evitar el tráfico de armas.

Rusia, que alguna vez fue el proveedor de armas más importantes del régimen khadafista, fue uno de los principales promotores de la resolución. Es que Moscú está preocupada sobre todo por los Manpads, pequeños sistemas de defensa antiaérea portátiles que se disparan una vez que se apoyan sobre el hombro. De acuerdo con la ONU, no hay ningún otro país en el mundo –más allá del fabricante– que cuente con tantos Manpads. “El riesgo de que estos cohetes caigan en manos de terroristas es muy grande –advirtió el representante ruso en el Consejo–. Tememos que sean usados contra aviones de pasajeros.” La resolución firmada ayer llama a evitar el contrabando de este tipo de cohetes.

Caminos y sectores fronterizos se encuentran en la mira de los controles. Asimismo, se llama a los nuevos gobernantes a “asegurar estas armas y administrar de forma segura y confiable los arsenales”. La resolución también pide a los libios que recolecten las armas químicas existentes en el país y se contacten con la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya. La idea es destruir estas armas y sus componentes básicos. De hecho, durante la noche del domingo, Yibril había señalado que su gobierno informó a la OPAQ que se habían encontrado armas químicas en dos localidades de Libia.

El jefe del gobierno libio de transición, Abdelrahim Elkib, señaló el compromiso de las nuevas autoridades por construir un Estado democrático. “Estamos implicados en la construcción de una nación respetuosa con los derechos del hombre y que no aceptará violaciones de los mismos”, remarcó Elkib. Durante una rueda de prensa en Trípoli, Elkib afirmó que Libia consiguió llegar a esta nueva situación gracias a “la voluntad del pueblo libio”, en alusión a la rebelión contra el régimen khadafista que se cobró la vida del coronel libio. Elkib adelantó que las nuevas autoridades libias desean mantener “una relación privilegiada con los países vecinos” y desligada por completo de cualquier vinculación con el antiguo régimen. “El mundo debe respetar a Libia y sus intereses, como Libia desea hacer con el mundo en aras del entendimiento mutuo”, afirmó el nuevo jefe del gobierno de transición, intelectual y hombre de negocios nacido en la capital libia.

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“Es bonito estar aquí en Libia, en la Libia libre”, dijo el secretario general de la OTAN, Rasmussen.
 
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