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Magnates y mercados

 Por Santiago O’Donnell

Esta historia que cuentan los mails filtrados por Wikileaks de la agencia Stratfor, conocida como la “CIA en las sombras”, es más o menos así:

Había una vez un magnate ruso muy adinerado, dueño de una importante empresa energética, que quería despegarse de la tutela del Kremlin con inversiones en el continente americano que le dieran status de jugador global. Entonces se compró un montón de estaciones de servicio en Estados Unidos. Para abastecer a esas estaciones de servicio, se le ocurrió que lo más barato y eficiente sería extraer el petróleo de Venezuela y refinarlo en Cuba. El magnate calculó que para cuando termine de construir la refinería, Estados Unidos ya habría levantado el embargo en contra de Cuba y entonces él, el magnate ruso, podría controlar todo el negocio, desde el pozo hasta la manguera.

Todo marchaba sobre ruedas. Los cubanos, ávidos de inversión extranjera, chochos con que los rusos le construyan una refinería. El Kremlin, feliz de pisar otra vez el patio trasero estadounidense, mientras busca cerrar un trato con Wa-shington para delinear sus respectivas zonas de influencia hegemónica. Los americanos, distraídos con sus guerras, no ponen grandes objeciones. Todo va bien hasta que el magnate ruso viaja a Venezuela para negociar con Hugo Chávez. Y se encuentra con que a Chávez no le interesa entregarle el petróleo venezolano a las multinacionales, ya sean de origen ruso o de cualquier otro, sino todo lo contrario.

Los analistas de la “CIA en las sombras” estudian el problema y llegan a la conclusión, medio en broma, medio en serio, de que la mejor solución es matar a Chávez. Dan a entender que no lo van a hacer ellos porque no hace falta. Dicen que el magnate ruso es un tipo de pocas pulgas, que Chávez se ganó un enemigo poderoso y que los rusos, cuando se enfrentan con un obstáculo, hacen lo que hace falta para superarlo.

Parece que el negocio se cae, pero la historia toma un giro inesperado. Nadie mata a Chávez y el negocio cambia de manos. Chávez se da cuenta de que Venezuela también tiene un montón de estaciones de servicio en Estados Unidos y que por su ubicación, Cuba está en un lugar ideal para refinar petróleo destinado al mercado norteamericano. Entonces los cubanos y los venezolanos deciden que el negocio lo van a hacer ellos y firman un acuerdo por el cual la refinería cubana la va a construir la petrolera estatal venezolana.

La historia empieza con un informe de Inteligencia de Stratfor de junio del 2008:

“Los planes de expansión de LUKoil en Cuba se han suspendido debido a las costosas y poco amistosas leyes impositivas de Venezuela. El 26 de junio, el CEO y fundador de LUKoil, Vagit Alekperov (foto), dijo que ‘no podemos afrontar el riesgo de tomar estos proyectos (con Venezuela) como una fuente de abastecimiento para la refinería cubana. Y comprar una refinería sin haber resuelto la logística de la oferta de crudo no tiene sentido’.

”Hace tiempo ya que LUKoil, la más eficiente compañía energética de Rusia, ha emprendido una campaña de expansión global. Se ha instalado en el mercado de las estaciones de servicio del noreste estadounidense con la compra de Getty Petroleum en noviembre del 2000 y más aún con la compra de las estaciones marca Mobil de Conoco-Phillips en enero del 2004. En total, LUKoil posee más de 2000 estaciones de servicio estadounidenses, la mayoría en el noreste del país. La idea detrás de la expansión global es crear una subsidiaria internacional que esté fuera del alcance del Kremlin. Este sería el reaseguro de que puede mantener una presencia importante en el mercado energético global en caso de una potencial nacionalización de su negocio en Rusia.

”Gran parte de la estrategia global de Alekperova se centra en su expansión en el mercado estadounidense. Considerando que LUKoil ya ha desarrollado una red de estaciones de servicio en el noreste de EE.UU., tiene sentido adquirir capacidad de refinamiento cerca de ahí. Cuba sería un gran socio LUKoil por su ubicación geográfica, ya que se encuentra justo en la ruta marítima de una potencial producción de crudo de Venezuela. LUKoil también puede meterse en el sector energético cubano antes que otros por la relación política entre Cuba y Rusia. El negocio se hizo posible gracias a las recientes reformas bajo el liderazgo de Raúl Castro, que hacen del país un lugar más receptivo a las inversiones extranjeras. Ahora se permiten sociedades con empresas extranjeras, así como la compra privada de algunas empresas industriales. Específicamente, uno de los objetivos económicos de Cuba es convertirse en un centro de refinamiento de petróleo.

“El problema es que el presidente venezolano Hugo Chávez está haciendo muy difícil para las empresas extranjeras invertir en crudo venezolano. Todas las compañías estadounidenses ya se fueron, pero aun las que llegaron para llenar el vacío dejado por Conoco-Phillips, como LUKoil, no encuentran condiciones favorables para la inversión. Esto significa que el plan de LUKoil de mandar crudo venezolano para ser refinado en Cuba no será posible bajo las condiciones actuales, ni siquiera con el precio actual de 130 dólares por barril de petróleo.

“Por lo tanto, a LUKoil le quedan pocas opciones de crudo en el hemisferio Occidental. LUKoil podría comprar en el mercado diario o aun comprarle a México, que está lo suficientemente cerca de Cuba como para que la logística funcione. Pero para competir en el mercado energético más rico y competitivo del mundo necesita encontrar otras maneras de bajar costos. LUKoil necesita controlar de arriba abajo la cadena de producción de su negocio para comprometerse a largo plazo en el hemisferio Occidental, y simplemente no hay opciones reales más allá del crudo Venezolano.

”Sin embargo, si el clima para las inversiones no mejora, Chávez tendrá que enfrentar a un nuevo enemigo, el extremadamente competente y brillante CEO de LUKoil Vagit Alekperov, un poderoso oligarca ruso que ha logrado colocar a una empresa energética privada rusa en un puesto de considerable éxito global a pesar de las depredaciones de Gazprom y Rosnet y por lo tanto tendrá razones considerables para desear el derrocamiento de Chávez. Chávez debería recordar que los oligarcas rusos no se quedan esperando que las cosas sucedan, sino que se aseguran de que ocurran.”

Imagínense. Si Venezuela no entrega el crudo, no hay negocio en el “hemisferio Occidental”. Porque, claro, el informe de Stratfor no lo dice, no hace falta, está claro que ni los yanquis van a entregar el crudo de Alaska ni los brasileños van a entregar el del Atlántico sur. Podrán sacarle algo a los mexicanos, pero no lo suficiente. Entonces “simplemente no hay opciones reales más allá del crudo Venezolano”. Encima, Chávez se ganó la enemistad de un poderoso oligarca ruso y los oligarcas son expertos en voltear gobiernos.

¡Qué problema! Por suerte el analista de Stratfor Marko Papic, el mismo que escribió el informe, escribe en otro mail de junio del 2008 que él sabe cómo resolverlo. “solución: (matar a Chávez)... OK la verdad que no, pero la conclusión es que uno de los más despiadados, capaces, eficientes y brillantes oligarcas rusos (Vagit Alekperov) ahora tiene razones considerables para desear que Chávez sea derrocado.”

Lo que pasó después es que mientras el oligarca ruso imaginaba las mil y una maneras de deshacerse del presidente venezolano, Chávez le copiaba el negocio, habida cuenta de que su país también tiene miles de estaciones de servicio marca Citgo en Estados Unidos. Además de ampliar la capacidad de una refinería que ya obraban conjuntamente cuba y Venezuela en la isla, en octubre del año pasado Caracas anunció la construcción de una segunda refinería en Cuba.

“El ministro venezolano de Energía y Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, dijo en la apertura que Petrocaribe aumentará la capacidad de refinación de la planta cubana Camilo Cienfuegos, unos 250 kilómetros al sudeste de La Habana, hasta los 150.000 barriles de crudo diarios, más del doble de los 65.000 actuales. Además, Petrocaribe tiene previsto construir otra refinería en Cuba, en Matanzas (centro), con capacidad para 150.000 barriles diarios”, informó El Nuevo Diario de Nicaragua.

Podría decirse final triste para el magnate ruso, el capitalismo predatorio y las agencias de espionaje que protegen sus intereses. Final feliz para el sueño bolivariano de la integración latinoamericana y la custodia soberana de los recursos naturales. Puede ser, pero no seamos ingenuos: esta historia tiene agujeros y todavía le faltan varios capítulos.

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