[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Un atentado suicida con un camión bomba contra las instalaciones de las fuerzas de seguridad rusas en Chechenia causó ayer la muerte de los dos kamikazes –un hombre y una mujer– y unos 37 heridos, informaron las autoridades. El camión estalló a 50 metros de la sede de la Fuerza de Reacción Rápida de la Policía Secreta y a 150 metros de la sede de la Policía Especial (OMON), ambas en Grozny, la capital de la región caucásica donde Rusia se enfrenta a rebeldes independentistas.
Tras el ataque, algunas versiones, luego desmentidas, sostuvieron que la explosión había sido dirigida contra el palacio del Ministerio de Justicia y había matado a seis policías. El vehículo, cargado de explosivos y en el que viajaban un hombre y una mujer, al parecer se encontró con una barrera de cemento colocada como defensa del área de seguridad. De lo contrario, hubiera causado gran cantidad de víctimas. Según el viceministro de Interior checheno, Jamid Adaiev, citado por la agencia Interfax, el camión estalló “antes de alcanzar su objetivo”. La policía encontró en el lugar de la explosión los restos y los documentos de los atacantes. El ataque “destruyó casi por completo la oficina de lucha contra el crimen organizado y la antena local del ministerio ruso de Justicia en la república del Cáucaso”, que están a unos centenares de metros de la sede de la administración chechena prorrusa, precisó Vajid Tepkaiev.
El atentado dejó 37 heridos, entre ellos una niña de tres meses, seriamente alcanzada, como también empleados administrativos chechenos, indicó Abdulá Ismailov, jefe médico de una clínica de Grozny, citado por Interfax. El estallido también afectó a algunas casas y sobre todo a un hospital, en el cual fueron internados los heridos. La fortísima explosión ocurrió a pocos cientos de metros de la sede de la administración chechena destruida en diciembre por otro coche bomba, que causó 72 muertos. Este ataque pone en duda las afirmaciones de las autoridades políticas y militares rusas, según las cuales los rebeldes ya no están en condiciones de lanzar operaciones de gran escala en Chechenia.