EL MUNDO › EL VATICANO PIDE QUE LO ENJUICIEN POR LLAMAR A QUEMAR IGLESIAS

Denuncian a un líder extremista israelí

El pedido se da en un clima de alarma ante la ola de agresividad de ultranacionalistas religiosos judíos y el atentado incendiario contra una familia palestina en Cisjordania, en el que murió un bebé.

El representante en Israel de la Custodia de Tierra Santa, Farid Yourban, exigió ayer que la fiscalía de ese país iniciara una causa contra el dirigente de la organización extremista judía Lehava Bentzi Gopstein, por instigar a la quema de iglesias. La Custodia de Tierra Santa, que depende de la orden franciscana, tiene la misión de velar por los centros de culto cristiano en Israel y Cisjordania, y su conducción es designada por la Santa Sede con acuerdo del Papa.

El pedido se da en un clima de alarma ante la ola de agresividad de ultranacionalistas religiosos judíos y el atentado incendiario contra la familia palestina Dawabsha, en Cisjordania, en que murió calcinado Alí, un bebé de 18 meses, cuyo padre falleció por las quemaduras en el mismo hospital donde la madre y otro hijo luchan por la vida. Antes de ese crimen, ya habían ocurrido otros atentados incendiarios, como el de la Iglesia de la Multiplicación de los Panes y los Peces, cerca del Mar de Galilea.

Youbran envió una carta pública al procurador general israelí, Yehuda Weinstein, y al jefe de la Fiscalía, Shay Nitzan, en la que los dirigentes de la Custodia exigen el procesamiento de Gopstein por “instigación”. El abogado de la Custodia recuerda a ambos responsables del aparato fiscal israelí que, según el Código Penal de 1973, tanto las declaraciones del presidente de Lehava como las acciones de sus seguidores están consideradas “delito”. “Os exhortamos, como jefes del aparato fiscal en Israel, a que uséis vuestros poderes para llevar a juicio a Gopstein e ilegalizar la organización Lehava”, destacan los líderes de la iglesia, en la que advierten que “la historia juzgará no sólo a los autores de los crímenes sino a aquellos que permanecieron indiferentes y en silencio”.

Apoyándose en una interpretación del teólogo judeo-español Moshé ben Maimón (Maimónides), Gopstein afirmó el miércoles pasado, en un panel sobre ley religiosa judía y la idolatría, que las iglesias y otros centros idólatras pueden ser “quemados” para erradicar esta práctica de la Tierra de Israel. Gopstein incluso se ratificó al ser preguntado de nuevo por otro panelista y respondió: “¿Qué pregunta es é sa? Por supuesto que hay que quemarlas (las iglesias)”.

El procesamiento de Gopstein es necesario “bajo la consideración de que es interés público y del peligro que supone actualmente para las iglesias y comunidades cristianas en el país”, dice el texto de la misiva. “Para nuestra consternación, los últimos años fueron testigos de un incremento alarmante y aterrador en los ataques violentos contra los cristianos, la cristiandad y las instituciones cristianas en Israel”, alerta la carta, que deplora una “atmósfera de impunidad de facto”. “Hasta un diputado del Parlamento, Michael Ben Ari, se tomó la libertad de romper el Nuevo Testamento, nuestro libro sagrado, frente de las cámaras, para tirarlo después a la basura”, se queja la organización católica.

El 13 de julio pasado, Ben Ari, un diputado de extrema derecha religiosa, consideró apropiado rasgar y arrojar a la basura de modo ostensible un ejemplar del Nuevo Testamento que había recibido, en un envío rutinario de la Sociedad Bíblica de Israel que los demás legisladores suelen devolver al remitente. “Este libro abominable galvanizó el asesinato de millones de judíos durante la Inquisición y en los autos de fe”, justificó Ben Ari, para quien su envío a un miembro del Parlamento israelí es una “provocación.”

Sólo el legislador Ilan Gilon, de Meretz, la hoy testimonial presencia de la antigua izquierda sionista en el Parlamento, consideró que era “chocante que alguien como Ben Ari integre la Knesset (Parlamento)”. El gobierno israelí condenó la actitud del diputado, pero en los hechos, indica la nota, “el sistema judicial israelí, y sobre todo su aparato fiscal, parece haber adoptado únicamente medidas limitadas que tuvieron un aún más que limitado resultado”, agrega. Y sostiene que no sorprende que “en medio de esta atmósfera de impunidad de facto, esta violenta campaña contra la Iglesia culminara en el incendio de la Iglesia de la Multiplicación de los Panes y los Peces y en los horrendos comentarios de Gopstein”.

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Bentzi Gopstein (centro), dirigente de Lehava, en Jerusalén.
 
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