EL MUNDO › EL FORO SOCIAL EN UNA INDIA CON SED

El agua nuestra de cada día

Ayer fue el segundo día del Foro Social Mundial en Bombay. El agua, y las perversas maniobras del Banco Mundial por privatizarla en los países en desarrollo, es uno de los temas más candentes. Y el mismo paisaje que rodea al foro explica las razones del drama que está en marcha para la humanidad.

Página/12 en India
Por Alicia Cytrynblum
Desde Bombay

“Tu pis es más limpio que el agua que toman 1100 millones de personas todos los días.” El cartel, ubicado estratégicamente en cada uno de los baños donde se desarrolla el Foro Social Mundial, está ilustrado con la foto de un vaso lleno de orina con un sorbete de colores. Lejos de ser de un efecto publicitario, se trata de una realidad dramática que según las Naciones Unidas afecta a un sexto de la humanidad y por esa razón es uno de los principales ejes temáticos de este encuentro. No es para menos, los números sobre la escasez del agua son escalofriantes: si para el año 2025 las condiciones continúan como hasta ahora las dos terceras partes de los seres humanos no tendrán suficiente agua fresca para vivir.
No hace falta ir al futuro: actualmente cada día mueren 15 mil niños en el mundo por enfermedades evitables relacionadas con contaminación del agua y existen 2400 millones de personas que no tienen un baño. El viaje en tren desde el centro de Bombay hasta Nesco, el suburbio donde tiene lugar el encuentro, pone esta situación en imágenes palpables. Son casi cincuenta minutos de una villa interminable. Cientos de miles de chabolas de chapas y telas pasan sin cesar por delante de las ventanillas. A lo largo del trayecto se puede ver cómo los vecinos utilizan la vera de las vías como un gigantesco baño comunitario en la intemperie. Allí hacen sus necesidades en el suelo de tierra a la vista de todos y se bañan en fuentes con un liquido contaminado a lo que es difícil llamar agua. Y esto no ocurre únicamente en Asia. Latinoamérica también está comenzando a tener conciencia de las serias deficiencias que tienen vastas poblaciones en el acceso al agua. El centro y norte de la Argentina, el norte de Brasil y Bolivia comparten con el resto del mundo este flagelo.
¿Cómo se llegó a esta situación? Las organizaciones sociales que están trabajando en este tema en todo el mundo responsabilizan a la privatización y a los organismos multilaterales como el Banco Mundial y el FMI por la presión que ejercen con los gobiernos para la privatización del agua a cambio de préstamos. “Uno de los mayores efectos de la privatización de los servicios de prestación de agua ha sido que dejó de ser concebida como un derecho humano fundamental o un bien social para ser percibida como un commodity que debe ser vendido al mejor precio posible”, explicó Charles Santiago, director del Instituto de Monitoreo de la Globalización de Malasia (www.seacouncil.org). Según su criterio, el principal objetivo a conseguir es la formalización de los Estados como propietarios del agua. Recién a partir de allí podrá desarrollarse un uso sostenible en favor del acceso universal.
Vandana Shiva (www.vshiva.net) es una científica y activista india, formada en Estados Unidos, que preside la Fundación por la Ciencia, Tecnología y la Ecología y que en los últimos años creó el movimiento mundial Mujeres por la Diversidad que se ocupa en forma específica del acceso al agua potable. “Han transformado al agua en una mercancía –dice–. Lo primero que tenemos que hacer es trabajar, investigar y presionar a los gobiernos para que no vendan nuestros recursos a las empresas. Para ello debemos fortalecer nuestra democracia.” Shiva habla por experiencia propia, cuenta que fue una de las responsables de que la ciudad de Nueva Delhi no haya podido privatizar el agua del mítico río Ganges. Movilizó, junto con otras organizaciones, a los vecinos de la ciudad y generó una presión tal que impidió que la empresa de origen francés Suez se hiciera cargo de la concesión. “Tenemos que crear movimientos culturales para activar la sensibilidad de la humanidad sobre que el agua es para toda forma de vida –afirma–; todas las religiones y todas las causas se basanen este reconocimiento. Tenemos que movilizar a la opinión publica para que cada ciudadano sea un guerrero del agua.”
El tema del género sobrevuela el espacio. Mujeres de todo el mundo han creado una organización que investiga el impacto de la falta de agua en ellas. WEDO (www.wedo.org) reúne a líderes de países tan diversos como Uruguay, Kenia, Filipinas, Egipto, Sudáfrica y Estados Unidos. Aseguran que la falta de acceso al agua segura afecta especialmente a las mujeres pobres por su carácter de sostén principal de los hogares y de los niños.
Pero hay soluciones latinoamericanas al asunto. En Recife, Brasil, una ciudad administrada por el PT, han logrado, al igual que en Porto Alegre, una prestación universal, y, por ende, la reducción de los índices de mortalidad infantil. “En nuestra región la gestión del agua está en manos públicas y funciona con un férreo control social –contó Antonio Miranda Neto, el secretario de Saneamiento Municipal–. Nuestro país resistió la presión del Banco Mundial, que condicionaba el otorgamiento de un préstamo importante a la privatización del agua”, y agregó: “Tenemos tarifas diferenciadas según la capacidad económica de las personas, sostuvimos la gestión pública y el sistema que implementamos funciona con la vigilancia de una comisión revisora donde personas, ONG y empresas siguen de cerca la tarea”.
Miranda Neto recuerda otro caso latinoamericano de administración del agua sin fines lucrativos. “En Cochabamba, Bolivia, a fines de los ‘90, la empresa privada que tenía la concesión del servicio prohibió a los campesinos usar el agua del río para regar los campos. Como consecuencia se produjo una revuelta muy grande donde murieron varias personas. Finalmente se constituyó una cooperativa local de vecinos que administra el flujo de agua.”
Afuera del galpón donde se realiza la conferencia, hay 100.000 personas circulando por todo el recinto. Están haciendo compras según los criterios de comercio justo, asistiendo a los bailes de los distintos grupos étnicos o simplemente observando el espectáculo infinito de esta mini Babel. Verán cruzarse a un contingente chino reclamando a viva voz el fin de la ocupación norteamericana en Irak con los incansables monjes budistas repartiendo folletos que piden el fin de la ocupación china del Tíbet. Todos ellos inevitablemente en algún momento del día tendrán que padecer las interminables colas frente a los sanitarios. Allí tendrán tiempo para reflexionar sobre otro cartel elocuente instalado en la puerta frente a ellos: “Apúrate, 2,4 mil millones de personas quieren usar el baño”.
Hasta mañana.

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Manifestantes bengalíes en una protesta en favor de la Justicia.
 
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