EL MUNDO › INCIDENTE DIPLOMATICO EN SUECIA

La fuente de la doncella

Fue la versión de acción directa de la crítica de arte, o algo así. La Cancillería israelí justificó ayer la actitud de su embajador en Suecia, quien atacó una obra de arte en un museo de Estocolmo, asegurando que el gobierno sueco había prometido no vincular una exposición sobre el genocidio con el conflicto de Medio Oriente. Por su parte, las autoridades suecas han convocado al diplomático israelí para explicar el motivo de su agresión.
El embajador de Israel en Suecia, Zvi Mazel, se encontraba ayer en la apertura de una exposición en el Museo Histórico de Estocolmo vinculada a la Conferencia Internacional contra el Genocidio que comienza el próximo 26 en la capital sueca. De pronto, según la radio pública sueca, delante de cientos de invitados Mazel arrancó con furia los cables eléctricos conectados a una pieza y lanzó un foco de iluminación dentro de una fuente, lo que provocó un cortocircuito y una situación “realmente peligrosa”, según declaró el director del museo, Kristian Berg. Se trataba de la obra Blancanieves, la Locura de la Verdad, compuesta por una fuente rectangular llena de agua roja en la que flotaba un barco que cargaba un retrato de la suicida Hanadi Yaradat que mató a 21 personas al inmolarse en un restaurante en la ciudad de Haifa el pasado 4 de octubre.

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