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Por Mauricio Vicent *
Desde La Habana

El plan anunciado la semana pasada por el gobierno de EE.UU. para endurecer el embargo y “acelerar” una transición democrática en Cuba ha tenido, como era previsible, respuesta inmediata en la isla: las autoridades anunciaron la subida de los precios del combustible y de todos los artículos de venta en dólares, además de suspender “hasta nuevo aviso” las ventas de productos que se comercializan en esta moneda, excepto alimentos y artículos de higiene personal; en lo político, ya ha comenzado la movilización en los barrios y centros de trabajo para rechazar “las brutales y crueles medidas” norteamericanas.
En su primera reacción, el viernes pasado, el gobierno de Fidel Castro calificó las medidas dispuestas por la llamada “Comisión de Ayuda a una Cuba Libre”, que preside el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, de “plan anexionista” para destruir la Revolución y rendir a sus habitantes por hambre. El lunes, al anunciar en un comunicado 15 medidas económicas de respuesta, consideró que “en estos instantes (...) la tarea fundamental es continuar perfeccionando las tácticas, las técnicas, los métodos y los principios de la guerra de todo el pueblo, y seguir elevando la conciencia revolucionaria, patriótica y socialista”.
“Nos esperan días de trabajo y sacrificio, pero también de gloria y de victorias para nuestra patria heroica”, fue el augurio de la declaración gubernamental, que fue leída y repetida hasta altas horas de la noche por radio y televisión provocando alarma en la población. Ayer por la mañana permanecía cerrada la mayor parte de las ferreterías, tiendas de ropa, electrodomésticos, y en general todas las que no se dedican a la venta de alimentos y artículos de aseo, y en algunas de éstas sólo se despachaba una cantidad de productos limitados por persona. Desde temprano, grupos de gente se arremolinaron en estos comercios de dólares para comprar o enterarse de qué productos iban a subir y cuándo.
La nota oficial, recibida con inquietud en la calle, afirma que “las brutales y crueles medidas que acaba de adoptar el gobierno de EE.UU. contra Cuba van directamente dirigidas a estrangular nuestro desarrollo y reducir al mínimo los recursos en divisas imprescindibles para satisfacer las necesidades de alimentación, servicios médicos, educacionales y otros esenciales”, ante lo cual se anunció que “lamentablemente” aumentarán los precios en todas los establecimientos “que ofertan sus productos en tiendas en divisas convertibles y en los centros de expendio de combustible”. El gobierno aclaró que en ningún caso subirán los precios de los productos vendidos en moneda nacional ni se afectará la cartilla de racionamiento.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.