EL MUNDO › CUESTIONAN A TONY BLAIR POR UNA PLANTA BRITANICA

Una política nuclear bomba

 Por Marcelo Justo

El gobierno de Tony Blair se encuentra en el banquillo por su polémica política de energía nuclear. Mientras en Luxemburgo la Corte Europea de Justicia está analizando una demanda de la Comisión Europea por los problemas de seguridad de la planta nuclear de Sellafield, en el noroeste del país, en Gran Bretaña, Michael Meacher, ex ministro de Medio Ambiente de Blair, acusó al gobierno de intentar suprimir un informe que alertaba sobre los peligros para la salud humana de la energía nuclear. “Es un claro intento de eliminar información que es política y económicamente indeseable. Estamos hablando no sólo de fuertes intereses económicos, sino de la salud de miles y quizá millones de personas”, señaló a la prensa Meacher.
Meacher indicó a The Independent que los representantes legales del gobierno intentaron distorsionar las conclusiones de una comisión que se formó hace tres años para evaluar el riesgo de contraer cáncer debido a las radiaciones que emiten las plantas nucleares. Ante esta interferencia, dos de los miembros de la comisión decidieron presentar esta semana su propio “informe disidente” sobre el tema. Según este informe, el peligro de contraer cáncer por efecto de la radiación nuclear es 300 veces más grande de lo que admite la Comisión Internacional de Protección Radiológica. Uno de sus coautores, Richard Bramhall, de la Low Level Radiation Campaign, indicó a Página/12 que el aumento de leucemia infantil en la zonas cercanas a plantas nucleares es un hecho incontestable.
“La evaluación sobre los peligros de la radiación nuclear se hicieron en base a las altísima dosis que absorbieron las víctimas de Hiroshima en 1945. Este modelo no es válido en otros casos, porque sólo mide la exposición exterior a una dosis única muy potente de radiación y no la polución constante de baja intensidad que emite una planta nuclear. Este contacto continuo con bajas dosis de radiación nuclear está produciendo grupos epidémicos de leucemia infantil”, subrayó Bramhall.
Uno de los picos de este incremento de leucemia infantil se registró con el accidente en la planta nuclear de Chernobyl en 1986, en la hoy difunta Unión Soviética. La explosión dejó una nube radiactiva que contaminó más de 20 países en un radio de casi 2000 kilómetros. “El fuerte aumento de leucemia en niños de Escocia, Gales, Alemania, Grecia y Bulgaria, que estaban en el vientre cuando sucedió la explosión de Chernobyl, es un ejemplo muy claro de los peligros de exposición a estos niveles de radiación. Pero no es el único. En Gran Bretaña hemos podido seguir el caso de la planta de Sellafield durante décadas y la evidencia sobre su incidencia en casos de leucemia infantil es incontrovertible”, indicó a Página/12 Bramhall.

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