EL MUNDO › LOS DEMOCRATAS LEVANTAN CABEZA EN EE.UU.

Apunten contra George Enron

Por David Teather
Desde Nueva York

Un comité del Senado votó ayer la citación de miembros de la administración Bush para que den detalles sobre los contactos entre la Casa Blanca y la quebrada empresa energética Enron. La movida del Comité de Asuntos Gubernamentales del Senado, que lleva a cabo una de la docena de investigaciones sobre la quiebra de Enron, pone nuevamente al gobierno norteamericano en el primer plano del escándalo. El comité está preparando dos documentos de citación, uno para la oficina del presidente Bush y un segundo para la del vicepresidente Dick Cheney. Un vocero de la Casa Blanca dijo que la administración estaba estupefacta por la movida. “Los pedidos de citación del senador Liberman son innecesarios y estamos perplejos de que haya elegido buscar una confrontación directa en lugar de trabajar cooperativamente con la Casa Blanca”. Un cúmulo inicial de información ya ha sido preparado para ser entregado.
El senador Joseph Liberman, un demócrata de Connecticut que dirige el comité, ha expresado frustración creciente con la administración Bush y dijo una semana atrás que buscaría una citación compulsiva. El comité envió su primer pedido de detalles relacionados con el involucramiento del gobierno con Enron en marzo, y desde entonces ha intercambiado numerosas cartas con funcionarios. “Este ida y vuelta ha continuado, lo que ha frustrado últimamente el trabajo del comité y ha dejado a mi paciencia exhausta”, dijo Liberman ayer. En su carta más reciente a la Casa Blanca el consejero Alberto Gonzales del 17 de mayo, Liberman dijo no haber recibido información. “En realidad, el único material que usted nos ha enviado es copias de cartas respondiendo a otros pedidos de otros congresales y una transcripción de una conferencia de prensa”, escribió.
Enron, que una vez fue la séptima compañía más grande de Estados Unidos, se convirtió en la más espectacular bancarrota de la historia en diciembre luego de que se hiciera público que la empresa había ocultado enormes deudas en empresas fantasmas en paraísos fiscales. Esto encendió la chispa que llevó a actos que desembocaron rápidamente en el colapso de la compañía. Los nexos de la administración Bush con Enron comenzaron a ser intensamente escrutados a comienzos de año. Enron ha provisto de millones de dólares a la campaña de Bush; y éste se refería al ex jefe ejecutivo de Enron y su compinche texano Kenneth Lay como el “chico Kenny”.
La compañía también ha destinado importantes sumas en el lobby para desregular los mercados de electricidad y buscó asistencia del gobierno para una cantidad de proyectos en el exterior. La Casa Blanca tiene conocimiento de que Cheney o sus asistentes en el área se encontraron con ejecutivos de Enron seis veces el año pasado pero asegura que nunca fue discutida la precaria situación económica de la compañía energética. Lay también hizo una serie de llamados telefónicos a la administración Bush incluyendo al secretario de Tesoro Paul O’Neill y al secretario de Comercio Don Evans mientras Enron se dirigía hacia el colapso.
La decisión de enviar las citaciones siguió a un encuentro de dos horas del comité del Senado durante el que Liberman fue acusado de tener motivaciones políticas para su comportamiento. Un voto sobre si dar el paso resultó dividido sobre líneas partidarias, con los demócratas ganando el voto por 9 a 8.

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